Cordonería Alba

Hace tiempo que estoy buscando cordones para elaborar y decorar una pantalla. Tras averiguar en distintas mercerías, decidí pasarme por Cordonería Alba.
Aquí hay un sinfín de tipos de cordones. En esta fecha, todo el trabajo que hacen y los productos que tienen está muy enfocado a la Semana Santa y las hermandades, pero aún así tienen una gran variedad de productos y materiales.
El local es pequeño, y detrás de un (muy) antiguo mostrador te atiende un hombre muy amable y servicial, dispuesto a ayudarte a encontrar lo que necesitas. Además de lo dicho, también tienen cordones geniales para cortinajes (para quien le guste) y diferentes cordonerías y cintas para decorar cualquier objeto que te atrevas a diseñar.
La atención es muy cordial, y es lo mejor de un sitio tan pequeño, ya que puedes mirar, planificar y pensar todo el tiempo que lo consideres oportuno, sin preocuparte ni que nadie te esté presionando a tomar una decisión. Si atraviesas un proceso creativo y quieres dejar volar tu imaginación, pásate por aquí, porque seguro que encuentras algún artículo muy interesante.

La cordonería Alba es uno de los negocios de siempre de la calle Francos que tienen un sabor puramente sevillano y que merece la pena por su carácter artesano.
Como es fácil averiguar por su nombre, lo que encontramos principalmente aquí son cordones, que lo mismo pueden valer para unos cortinones de una casa de rancio abolengo que para diferentes asuntos cofrades tan de la primavera de esta ciudad.
Lo que más me gusta de esta tienda es ver cómo hacen los cordones, puestos en la calle con un mecanismo que parece la rueca de la Bella Durmiente y que temes que en cualquier momento se vaya a romper.
Sinceramente, no sé cuándo puedo necesitar algo de esta tienda, pero me gusta ver la estampa pintoresca del proceso de los cordones, con Giralda de fondo y todo.

En Tanger vi como había artesanos que hacían los cordones a mano, tiraban metros y metros de hilo que ocupaba varias calles, por donde ibas paseando veías el hilo y los niños corrían de un lado a otro con las bobinas, un lió. Paseando por el centro vi en la calle Francos como fabricaban los cordones, ellos los fabrican de modo artesanal, algunos los compran pero otros los hacen ellos en la misma calle, ponen un tenderete en la puerta y sueltan varias vueltas de hilo que pilla casi toda la calle que después van liando hasta hacer el cordón… otro lío. Otras veces sacan a la puerta una rueca como la de la Bella Durmiente y empiezan a hacer bobinas o yo que se en la puerta que hay mas espacio, ante todo extraño, como aquí no estamos acostumbrados a eso los extranjeros les hacen fotos mientras trabajan.
La tienda es pequeña y esta repleta desde la puerta de cajas y cajas de material a la venta, parece que la tienda se te cae encima de la cantidad de genero que tienen, si quisieras hacer un paso de Semana Santa te podrías meter aquí y lo sacabas totalmente equipado. Los cordones en seda y oro son los únicos que los hacen en la capital, no se si abra en la provincia tienda que los hagan. Además de cordones y pequeños regalos todos religiosos tiene un buen catalogo de pasamanerías, encaje dorado, y terminaciones de costura de este tema. Pienso que todo esto esta en deshuso, deberían de dar ayudas para que se sigan conservando estas tiendas tan especializadas condenadas al cierre y al olvido, igual que hacen con el olivo y el campo.

Hace unos días pasé por la calle Francos con la bici y presencié una escena que bien podía estar sacada de una escena costumbrista. En la calle, un hombre con una especie de rueca estaba hilando, oro, en medio de la calle, a ver, oro!, no se crean nunca que el hilo de oro es de oro, me refiero al utilizado para confeccionar mantos y telas relacionados con la semana santa. Pero ahí estaba este hombre, ocupando media calle, con la herramienta probablemente heredada, en madera oscura y cascada relucía el hilo dorado extendiéndose numerosos metros hasta llegar a la bobina que en mano tenía el, no se como llamarlo; artesano, tendero…
Esta tienda es curiosísima, única seguro, menuda y discreta conserva en su interior todo tipo de cuerdas e hilos de lujo, retales de telas caras, imágenes en miniatura ricamente vestidas. No hay un hilo conductor ni un motivo concreto, pero se que es especial. he pasado durante dos años, todos los días por la puerta y nunca me ha disminuido la curiosidad, el misterio que guarda ese hombre que habita tras el mostrador bajo la agradable luz de un flexo de esos de pantalla vítrea color verde. Tengo que ir a preguntarle, de que vive, parece que nada mas enreda.

El escaparate de esta curiosa tienda deberia estar protegido por Patrimonio, que poquitas tiendas quedan en Sevilla que todavía conserven las fachadas centenarias.
Conozco esta tienda de toda la vida, obviamente, y aunque yo no he comprado en ella si que he ido con mi madre en alguna ocasión, ella que es de cortinajes si que ha comprado allí alguna cosa. Recuerdo a una mujer haciendo cordones en una mesita, mujer que ya no está y que creo que despidieron hace unos diez años. Porque aunque el negocio es familiar, aqui como en todas las casa se cuecen habas, y los de la Cordonería Alba cocieron muchas.
Independientemente de todas estas truculencias familiares, en la actualidad, siguen realizando los cordones y las bolas de las cortinas de forma artesanal, y aunque no tengas intención ninguna de comprar nada, puedes llegarte a la minúscula tienda para ver como los realizan. Es digno de ver el proceso.