Hemingway

Tarde de domingo? Estás por la zona? Este es tu sitio. Local muy luminoso con veladores en la calle. Es perfecto para café a media tarde con alargue hasta cubatas. Tienen variedades de te. Las copas están preparadas con detalle, además de una buena selección de licores.
El trato es amable y los precios son ajustados. Otro punto es que por las mañanas ponen desayunos.
Tienen TV para poder ver los partidos de fútbol.

Un fantástico local que mezcla lo mejor de una cafetería, y lo mejor de un lugar donde desconectar con una copa en la mano y rodeado de buenos amigos.
Ambiente tranquilo, que anima a estar allí y conversar tranquilamente, con un buen servicio, buena oferta de productos, que hacen que sea un perfecto lugar de encuentro si te encuentras por la zona.
Se encuentra en los bajos del Ed Gran Vía„ casi al final de la Av. Kansas City (si intentamos escapar de la zona Nervión-​Sta justa)

El Hemingway combina lo mejor de una cafetería (el desayuno, para mi gusto), con lo mejor de un bar de copas (el ambiente tranquilo y agradable y los buenos precios). Y de ahí no puede salir nada malo. Por eso este establecimiento situado poco después del cruce entre la avenida de Kansas City y la calle Macedonia suele ofrecer una sorpresa a visitantes primerizos, que quizás no esperan encontrar un local así por una zona aún un poco pobre en lo que a variedad de este tipo se refiere.
Pero el Hemingway cumple y con nota. Un pub-​cafetería en el que apetece estar, llevado con amabilidad y buen trato, con precios asequibles tanto en desayunos, cafés y demás, como a la hora de las copas. Y encima decorado con gusto y un toque diferente, agradable, con música de fondo que acompaña y no estorba la conversación. ¡A probarlo!

¡Oh, el Hemingway!
Sí, los desayunos son buenos, pero a mí cuando realmente me gusta es por la noche, para la penúltima. No sé si será por el aire norteamericano del nombre o por la decoración oscura, pero me parece un sitio nocturno.
Como devota del gin-​tonic que soy, aprecio mucho cuando lo sirven bien. Además de tener una rodaja de pepino a mano, los sirven con ese palito de metal que se utiliza para echar la tónica una vez servida la ginebra y que hace que se mezcle bien, gane en frescura y pierda algo de gas.
Los precios son razonables, nada que te sorprenda al pedir la cuenta.

Ayer mismo estuve tomándome una copa en este lugar, después de una buena jornada cultureta en el pueblo de Carmona (mi amiga Maru actuaba en la obra «Agnes de Dios», recomendable cien por cien). Decidimos tomar la última de la noche aquí, por la cosa de no meternos en pleno centro evitando la dificultad de aparcamiento y el lleno de algunos locales.
Me sorprendió el concepto minimalista de la decoración, apenas algún esbozo de relieve en tonos grises y negros, asientos de distintas formas aguardando tu relax. Eso sí, los taburetes transparentes tenían su gracia. Parece que te sentabas sobre la nada (imagínate la nada aguantando tu peso).
Tenían de todo lo habido y por haber en marcas de bebidas. Los precios eran asequibles. A mí me salió mi copa de Conde de Cuba con cocacola por cinco euros. Aunque lo más interesante y curioso era la forma que tenían de echar las copas (véase foto adjunta). El camarero con una habilidad asombrosa derramaba gracilmente la bebida sobre el mezclador, que a su vez hacía las veces de ascensor, para llevar el elixir al fondo del vaso consiguiendo así una mezcla perfecta. Me tenía hipnotizada con su sistema de combinación de bebidas.
También me contaron que ponían desayunos con distintas especialidades de pan y con un café verdaderamente bueno (así lo definió la camarera en cuestión). Además por la mañana es cierto que se puede aprovechar su zona de veladores para tomar el solecito mientras un humeante vaso de leche te calienta el cuerpo.
¿Aún me pregunto por qué le dieron el nombre de Hemingway a este local? Quizá en esta zona de Sevilla que rezuma tranquilidad, este autor podría haber escrito aquello de: «El hombre puede ser destruido, pero no derrotado»

Ambientado al más puro estilo neoyorkino, este sitio que tan sólo lleva un mes funcionando, es famoso ya por sus desayunos al más puro estilo andaluz…
Pan casero de excelente calidad, jamón con tomate triturado, acompañado de un buen café o zumo de naranja. Lo que te pueden ofrecer en la mayoría de cafeterías locales, y sin embargo lo que me atrae de ésta, es que se disfruta en un espacio diferente al convencional. moderno, minimalista y confortable.
Un ambiente agradable para leer o tomar café tranquilamente sentado/​a en los cómodos sofás de cuero junto a una amplia ventana con vistas a la terraza, o en sus originales taburetes transparentes, acordes con la decoración del lugar.
Si lo que quieres es ir de copas, también te las ofrecen, aunque al ser un espacio pequeño, tiende a llenarse muy pronto. Lo recomiendo, principalmente, para desayunar y merendar.