No esta mal, la verdad que limpio, el trato al público es bastante bueno, y las pizzas bastante buenas, una pega es q los serranos le falta el pimiento pero se le perdona, en verano es sitio típico de mis noches perras a la hora d hacer d cenar
Irene S.
Évaluation du lieu : 3 Sevilla
Ese lugar en el que no entrarías o lo harías con una venda en los ojos es este. Es el local de bar más feo en el que he entrado en mi vida, siceramente. Esos carteles escritos en cartulina de colores con un rotulador gastado, faltas de ortografía y la letra irregular. Esa vitrina de cristal con los trozos de carne(medio cochino) sin cortar a la vista de todo el que entra. Esos chorreones de pringue que bajan por las paredes de la cocina a la vista del cliente. Bueno…habrá que entrar… Cogemos de la barra un papel fotocopiado donde vienen los platos(la mayoría de ellos son pizzas) y nos decidimos por unos serranitos. Pedimos dos bebidas y, mientras nos la sirven nos damos cuenta del manejo que hay en la cocina. Están todas las encimeras y planchas limpias, los productos bien ordenados para utilizar y una chica que parece tenerlo todo controlado. Mientras, un repartidor motero recoge más pedidos para llevar, la camarera(que sólo trabaja en barra) coge el teléfono y apunta más pedidos de serranitos y entran dos chicos y piden 7 serranitos más para llevar. Pues tiene éxito esto, ¿no? Nos miramos y decidimos sentarnos en la terraza tras pagar el pedido completo. Poco mas de 9 €. Cuando estamos sentados en la mesa empezamos a analizar la situación. Pensamos que si no fuese por algún que otro consejo que nos habían dado sobre este sitio, sería el típico en el que ni habríamos entrado nunca. Al poco tiempo nos llaman y aparecen dos tablas redondas a modo de plato con los serranitos encima. Pan blandito y bueno de sabor, una loncha bastante grande de jamón deshuesado cortado a máquina, dos filetes grandes de churrasco de cerdo(o de pollo, lo que cada uno pidió), una tortilla finita de un huevo, dos medias rodajas de tomate fresco y patatas cortadas a mano y bien frititas con su alioli casero(de los que te dan bien en el pecho). La verdad es que el serranito está bastante bueno y no pude terminármelo de lo grande que era. Pero tampoco puedo poner más puntuación porque pienso que la vista del restaurante tiene que ser cuidada(mínimamente). También hay que mencionar que la simpatía de los dueños te hace querer volver.
Joaquin C.
Évaluation du lieu : 5 Sevilla
Dicen que los perfumes se guardan en tarros pequeños. Eso precisamente me ocurrió con Los Cántaros. A priori no es un bar que te atraiga, no te apetece entrar, no te llama la atención. El típico bar de barrio, tosco, arrabalero, y que piensas que no es muy higiénico que se diga… Pero las apariencias engañan. Y vaya si engañan! El local es pequeño y solo tienen la barra para pedir y una enorme cocina. El trato de los dueños es excelente. Casual, campechano, de barrio. La carta es amplia y totalmente casera(puedes comprobarlo in situ ya que no paran de preparar pedidos) Como medida de calidad, pedimos el serranito; ya que si el serranito está bueno, esta bueno todo! Qué maravilla! Aunque una pequeña pega: no llevaba pimiento. El pan tierno, el pollo jugoso, rodajitas de tomate para darle más sabor, el jamón que no falte y una finísima tortilla francesa completan el monumento. Todo servido en un plato de madera(cual galo de Asterix) con patatas fritas caseras y un alioli perfecto. Además, lo que sobró nos lo guardaron en un recipiente«take away» para mayor comodidad. Volveré por alli o pedire a domicilio para probar más cosas de la carta; como las pizzas que, según me han dicho, están tremendas!
Luis G.
Évaluation du lieu : 4 Sevilla
No me preguntéis por qué o cómo empezó, porque ya no lo recuerdo; pero un amigo y yo tenemos la tradición de comer serranitos de barrio, sin cosas sofisticadas. Con lo cual, creo que he probado todos los serranitos del Cerro del Águila. Y los Cántaros se lleva la medalla de oro. Es un local feucho estéticamente. Simple. Dentro solo está la barra, y las mesas solo las sacan cuando el tiempo acompaña. La mayoría de la gente va a pedir comida para llevar. Pese a esto y con todo, Los Cántaros goza de cierta fama entre los vecinos del barrio, y es muy difícil acercarse y que no haya nadie comprando o comiendo. Y eso a mí me da buenas vibraciones porque, siendo un local tan sencillo, ¿qué es lo que atrae? Su comida. Los serranitos están buenísimos. Son gordos, con cuerpo y consistencia. «Alimentan». El alioli está buenísimo, aunque supongo que no tiene nada de especial, dudo que sea casero. Pero es que el alioli me chifla. Te lo ponen con su pan calentito, con una guarnición de papas gordas muy generosa, cubierto también de salsa. De vez en cuando vuelvo aquí y siempre pido lo mismo. Este local es pizzería-hamburguesería. Respecto a las pizzas he probado varias y están muy ricas, sobre todo teniendo en cuenta el precio, aunque para mí no son el producto estrella. Es un negocio familiar, y el trato de los que te atienden es muy cercano y campechano, a mí me sirve para cambiar de aires cuando me saturo de centro, gastrobar y flautas. Si les pides cualquier cosa te lo conceden sin problema, hay mucha confianza(un poquito más de salsa, quíteme esto del serranito, hágame la pizza sin este ingrediente…). El precio es muy correcto, para comer baratito y bien, está genial.