Évaluation du lieu : 4 Villaverde del Río, Sevilla
El café es esta bueno, pero lo que me ha gustado más a sido unas palmeras de chocolate. Son espectaculares.
Antonio V.
Évaluation du lieu : 4 Sevilla
Rafael Ochoa es una institución en diversas parcelas de la hostelería en Sevilla. Esa aureola de años y años en lo suyo le ha venido a dar cierto toque«demodé» a sus locales que, en el mejor de los casos, parecen sacados de los años 80 –y eso que el del centro recibió una reforma brutal hace pocos años-. Pero no es de la empresa en general de la que quiero hablar sino de el local de República Argentina en concreto. Tengo que reconocer que algo de cariño le guardo porque fue el sitio en el que celebré mi primera comunión, por lo que ya digo que cuenta(aún) con un salón interior no visible desde la calle para celebraciones no muy concurridas. Es una mezcla de confitería, pastelería, bar y tienda de comida para llevar tal y como el primer y referente local de calle Sierpes. Así que vamos a verlos por partes: Los pasteles y tartas son de categoría, y se pueden tomar con un café en las(pocas, no muchas) mesitas cercanas a la barra o llevártelos a casa. Sin duda destacan dos tipos de tartas imitadas(sin conseguirlo) por la competencia: la de yema tostada –imprescindible en mis cumpleaños– y la de piñones. Los pasteles también han sido objeto de remedos y clones: los lazos de hojaldre glaseados o las milhojas rosas podrán ser o no, pero que yo los descubriera de muy niño en Ochoa les ha dado para mí el marchamo de que los de aquí son los originales. Como bar no tiene nada del otro mundo, tapas normales y una atención, eso sí, excelente. De todos modos para mí es un sitio para tomar la merienda perfecta: Un batido de fresa con un sandwich caliente de pavo trufado. Mmmmmm! La variedad de comida para llevar es correcta, todo está muy bueno ya que no en vano es una de las empresas punteras en catering de la capital. Yo siempre he sido muy fan de sus agujas, tanto de carne como de atún, y de la fiambre de pavo. Pasen los años que pasen ese sabor no cambia: Muy especiado que hace que lo que menos te importe sea la dichosa trufa que pasa casi desapercibida entre moscada, clavos y canela… Lo malo y que no le dan la quinta estrella son dos cosas: por un lado el precio. Caro, caro, y eso que se han venido un poco abajo con la crisis y han tenido que cerrar el local de Virgen de Luján. Y por otro la poca adaptación estética al cambio. Una cosa es clásico y otra viejuno. Ochoa es lo segundo… aunque ahora que lo pienso… desde que era niño siempre me ha parecido un sitio de lo más viejuno, quizá el «cómo no estar nunca estéticamente de moda» pasen las modas que pasen, sea otro de sus secretos, como la receta del pavo ;)
Óscar H.
Évaluation du lieu : 3 Madrid
Confitería, café y fiambres, eso es Rafael Ochoa. Conozco esta cafetería pastelería de haber comprado en alguna ocasión una tarta de cumpleaños, de esas que tienen en el expositor de cristal frente al escaparate. No resultó demasiado cara(creo que fueron unos 15 euros) pero no estaba demasiado sabrosa, el bizcocho que acompañaba a la nata y formaba el cuerpo de la tarta nos resultó un poco reseco. Tras esta experiencia en otras ocasiones me he decantado por los pasteles nos han gustado más. Por otro lado está la cafetería que es enorme. Mucha madera y con aspecto ya de antigua y desfasada. Tiene dos plantas, a mi la segunda me da un poco de yuyu, me agobia mucho. La gente que va a la cafetería suelen ser señoras bastante mayores que se toman su dulcecito y echan la tarde de tertulia despellejando a la amiga que ese día no ha ido. Por lo demás todo es discreto, el café, los dulces industriales, las tartas, etc.
Ignacio L.
Évaluation du lieu : 4 Dos Hermanas, Sevilla
Me gusta mucho este sitio sobre todo por su interior tan de los años cuarenta. Todo de madera con mobiliario antiguo pero inmejorablemente cuidado. Tiene un gran mostrador con una vidriera debajo que permite ver todos los productos que ofrecen a una clientela muy fiel, la de toda la vida. Lo más molón es que al estar en doble altura se separa perfectamente la gente que va a pedir para llevar y los que deciden sentarse a consumir dentro. Es una cafeteria atípica porque estéticamente lo es, pero cuando te adentras en su mostrador te das cuenta de que tienen otras cosas que aún la hacen más: unos cuantos productos para almorzar totalemente caseros, como si fuera una tasca de éstas que junto con los platos fríos tienen un espejo para que se vean desde todos los puntos reflejados.