Bakery & Burger

Este local es muy coquetuelo, y algo debe de tener cuando está a rebosar por las mañanas, a mediodía y por las noches.
Su público es estudiantil, lo que indica que el precio no está nada mal; también lo frecuentan profesores y oficinistas de la zona.
Cuenta con una enorme terraza al sol ideal para Unilocalers lagartijillas.
Tienen gran surtido de bollería, dulce y salado, que prepararan cada mañana y que apenas queda nada cuando vas por la noche.
Si algo me gustó especialmente fue la carta de cervezas. Es de agradecer que de vez en cuanto te puedas salir de las comerciales y las típicas artesanas y acompañar tu hamburguesa con cerveza belga de abadía. ¡Riquísima!
A la Guindi la carne le gusta que no gotee sangre, y si no está sonrosadita, mucho mejor. Esto en el mundo hamburguesa es difícil de hacer porque o te la queman por fuera y queda cruda por dentro o te la dejan tan seca que es difícil tragar. En Bakery & Burger me la ponen como me gusta y, gracias a su pan de hamburguesas del súper, está de un tierno que te caes para atrás. Me pedí la BBQ y estaba buenísima. Vamos, que como está cerquita de casa, me he abonado a este lugar.
El servicio por la noche es mucho más atento que el de la mañana.

Este local lo calificaría como Top, si no fuera por algunos detalles que lo dejan a medio camino. En primer lugar, hablar del interior. Cada silla de una forma distinta, como se llevan ahora los sitios de este tipo, decoración exquisita y tipo victoriano /​campiña inglesa (vaya forma de describirlo). Tiene una cristalería enorme y hace esquina, algo que me vuelve loca porque aunque a veces vaya a trabajar, estudiar o relajarme, me encanta mirar por la ventana, soy una melancólica cotilla empedernida.
En segundo lugar, los productos que se venden. Bocadillos de pan de cereales, croissants, trenzas de hojaldre. Bollería básica sin llegar a ser un horno. Aunque la calidad no es mala, no dejan de ser de masas precocinadas. Ya sabéis que prefiero la artesanía, pero vamos, que para ser congelado, no está mal del todo.
Peeero… con tres estrellas que le doy, tiene que ser porque hay algún pero. Pues bien, cambian con asiduidad de personal, que no me parece mal, porque no son demasiado amables. Hay algunas que sí, que se limitan a ser educadas y ya está, pero ya he dado con tres distintas, que ya no he vuelto a ver, que las ganas de trabajar son proporcionales a cero. No voy a últimas horas del día, sino todo lo contrario, a lo mejor es porque no se han tomado el primer café, pero no se puede atender tan de mala gana. Una se equivocó y en vez de decir que lo sentía nos puso lo que pedimos con una mala leche monumental (con la que casi rompe el plato). La última que me atendió me habló mal del cliente de al lado diciendo que era un pesado, que ahora quería otro tipo de leche bla bla bla (estas onomatopeyas fueron literales).
En resumen, que se está muy bien, es muy mono y tal, pero no pega este personal aquí.
No puedo comentaros acerca de las «burger» del nombre del local porque no las he probado, pero cada mes tienen una especial que anuncian en las pizarras de la bakery.

Me encanta este sitio desde que lo abrieron. Es una mezcla de panaderia cuqui y moderna que a la vista, siempre que pasas por ahí te llama la atención y miras. Los desayunos a mi parecer calidad precio son buenisimos (tostada, zumito, te, café … Mmmmm) y el menú que suelen tener y producto como muffins, napolitanas etc no tiene mala pinta (pero no puedo opinar porque aun no lo he probado). Siempre que voy es para desayunar o tomarme un café y es ideal.

Mezcla entre horno y hamburguesería, como su propio nombre indica, sólo conozco esta última vertiente.
He estado un par de veces a mediodía y es un muy buen lugar para un menú del día a buen precio y con buenas calidades y cantidades, así como para degustar hamburguesas. El buen precio, insisto, marca la diferencia con otros similares cercanos.
Atención correcta, situación fantástica junto a las facultades de Blasco Ibáñez y una terraza amplia, un poco ruidosa, eso sí.
Ojo si hay fútbol… Las hordas furboleras toman toda la zona.

El sitio muy mono, como todos los que abren ahora, de ese mismo estilo, pero en la carta sólo tienen cuatro cosas. Me pedí una hamburguesa sin pensarlo mucho, gracias a la carta, mi sorpresa fue ver que el pan que usan para sus hamburguesas es el pan normal de toda la vida, el de Bimbo, el blando, el de las casas donde no saben hacer hamburguesas. Hacía años que no veía ese pan. Dime qué pan usas y te diré cómo cocinas.