Bertal

El croissant frito de chocolate está impresionante.

Pues sí, pues sí, este horno me ha salvado la vida muchas veces. Anda que no me he sentado veces en la barra de este lugar a tomarme un bocadillo así rápido. Y es que hay veces es lo que te apetece es comer rápido, barato y algo más sano que el McDonals y sucedáneos. Para estos momentos, pon un Bertal en tu vida.
Lo de sano siempre es relativo, claro, porque igual hay chapatas en las que sobresale algo de lechuga y tomate y otras que tienen más calorías que un McMenú. Hablo sobre todo de ese sandwhich de jamón york y queso bañado en salsa bechamel con queso fundido on top. Me lo pedí una vez y os juro que ya no repito… porque después de eso lo único que quería era irme a dormir la siesta.
También es un lugar idóneo para pegarse una merondola fantástica, con croisant, napolitanas y demás bollerías que podréis apreciar en su mostrador. Era el lugar preferido cuando era adolescente, básicamente porque estaba bueno y por su oferta 2×1, que no sé si continúa hoy en día porque ahora siempre que paro a comer siempre lo hago sola :(
Lo malo es que no tiene mesas ni sillas, sino que es más un lugar de take away. Pero en aquella época no pasaba nada: nos comprábamos cualquier cosa y nos lo comíamos tirados en el suelo de cualquier portal. ¡Qué tiempos aquéllos!

A este Bertal le pasa un poco como al de la calle Colón, es pequeñito y además siempre hay mucha gente porque es una zona muy transitada.
A pesar de eso, y como pasa con todos los Bertal, todo lo que tienen está muy bueno, así que, aunque sea para comer algo antes o después de ir de compras para coger fuerzas, como ha sido mi caso varias veces, ya viene bien pasarse por él.
En este Bertal también tienen menos variedad que en otros más grandes, pero lo básico de Bertal lo puedes encontrar: helados caseros, bollería rica y horchatas y granizados.
Este Bertal también viene muy bien para comprar uno de los bocadillos que tienen si eres de los que van de compras a mediodía, cuando hay menos gente. Están todos muy buenos y son de esos que vienen bien cargaditos. Además, si lo pides te lo calientan sin ningún problema en una plancha, nada de microondas que dejan el pan blandurrio.

Este local lo conozco por los 3 croissants por 2 €, es una oferta que mantienen fija, aunque el cartel ya no estaba la última vez que fui. Tienen bocadillos vegetales, de tortilla, y aparte de los mencionados croissants y napolitanas, también zumos y bollería en general.
Es un local enano, está pensado para entrar pedir e irse. De precio algo carillo. La tienda de la Plaza de la Reina es más grande.
Una cosa que me raya a veces son los bocadillos de tortilla con lechuga. Alguna vez lo he pedido y me ha tocado quitarla, no le veo sentido. Para gustos…

Hace meses, cuando era becaria, decidía cada mañana qué ruta coger para ir a la oficina. Podía irme por la derecha y pasar por Casa Adrián, la tienda de embutidos ibéricos; o ir por la izquierda y pasar por delante de Bertal, abriendo tanto como podía las fosas nasales para llevarme para unos minutos del camino ese olor de bollería recién hecha. En realidad, podía hacer muchísimas combinaciones más para el camino de mi casa al trabajo, pero éstas eran mis dos favoritas.
El de la calle San Vicente es, de los muchos establecimientos de la marca valenciana, uno de los más pequeños. No hay más espacio que un par de mesas y una pequeña barra en la pared opuesta al mostrador. Una terraza sería impensable en esa calle y a esas horas de la mañana. De modo que se han especializado, de forma voluntaria, en ser un lugar donde elegir cualquier cosa y tomarlo en ruta.
Tienen mucha variedad en bollería, pero también en salado y en una mezcla de ambos. De hecho, uno de mis bocados preferidos de este lugar es el cruasán relleno de jamón, queso, tomate y lechuga. Te lo calientan unos segundos a la plancha. Saliva en acción.
También tienen la curva que hace el mostrador de cara a la calle destinada a los helados, todos caseros y con algunos sabores y colores imposibles. Si quieres tomarlo en cucurucho, puedes elegir galleta normal o galleta bañada en chocolate con trocitos de almendra, una de las cochinadas más ricas que he probado.
También tienen granizados y horchatas artesanales, y por supuesto cafés, chocolates y zumos. Por otra parte, puede comerse perfectamente más allá de un simple almuerzo, ya que cuentan también con variedad en bocadillos en baguettes y sirven cerveza.
El precio es algo caro, pero sin duda lo merece.

Bertal es una cadena de heladerías y cafeterías que cuenta con establecimientos en algunos puntos clave de Valencia. Este local en concreto está en la calle San Vicente Mártir, en el centro de la ciudad.
Es un establecimiento muy pequeño, así que no tiene mucho sitio para sentarse. Apenas cuatro mesas y una barra. Es más para coger un helado o algo de bollería y merendar mientras se miran escaparates.
Tienen una gran variedad de productos y la bollería está francamente muy buena.