Cosecha Roja

El día que la casualidad me llevo hasta esta librería descubrí que acababa de encontrar un gran tesoro. Llevo leyendo novela negra desde que con 10 años devoraba sin contemplaciones todos los libros de Agatha Christie que caían en mis manos. Después descubrí a Conan Doyle, Raymon Chandler, Dashiell Hammet, Patricia Highsmith… y seguí aficionada a la novela negra toda mi vida, de todos los tiempos y países.
Cuando pasé por la puerta y entré, me quedé embobada durante muuuucho rato. No podía creerme que existiera una librería con todos esos escritores que yo quería y admiraba. Mis amigos se quedaron sentados tomando una cerveza, con la certeza de que tendrían tiempo para más de una ronda. Lo mío por los libros es absoluta debilidad.
Lo que más me gustó, no es sólo que sea una librería especializada en un género que me apasiona, es que el dueño es un apasionado del género en sí. Siempre que he ido me he acabado llevando, mínimo, un par de libros. A veces alguno que deseaba leer, pero casi siempre me he dejado recomendar por Miguel Fuentes, el dueño, y nunca me ha decepcionado.
De esa manera he descubierto pequeñas joyas cuyos autores desconocía por completo, o escritores como Leo Mallet o Andrea Camillieri que me han cautivado.
Cuando voy a Ruzafa, para mi es de obligado cumplimiento pasarme por Cosecha roja y llevarme algún libro.
Además me consta que hacen conciertos y presentaciones de libros realmente interesantes (me llegan las invitaciones por correo), pero todavía no he tenido ocasión de acudir. Lo haré.
Por cierto, en la actualidad están realizando la III Edición de los Martes Negros de Amnistía Internacional Valencia en el café Librería Cosecha Roja

Siempre he soñado con mi propia librería, pequeñita, con encanto. Como la que tiene Rafael Solaz. Soy como Firmin, el ratón protagonista de la novela de Savage. Un día hablando con un cliente de la librería en la que trabajo me habló de que si uno quería tener éxito en el negocio tenía que especializarme y fue entonces cuando me comentó la existencia de esta librería especializada en novela negra que yo desconocía. Los mejores del género como Coben, Kerr y Hammet tienen allí su propio espacio.
Últimamente el barrio de Ruzafa está dando mucho que hablar y no hay mejor sitio para cometer un crimen… digo, abrir una librería que hacerlo por esta zona. Una decisión valiente. Y arriesgada.
Pero es que resulta que en Cosecha Roja no es una librería al uso, cosa que me gusta mucho, se dedican a realizar todo tipo de actividades como, por ejemplo, conciertos.
Si todavía no te has dejado caer Cosecha Roja estás cometiendo el peor de los crímenes.

Hace unas cuantas semanas acudí a Cosecha Roja para ver y escuchar un concierto de blues por tres euros. Me gustó mucho esta cafetería/​librería, fan como soy de este concepto que está proliferando por el barrio de Ruzafa. Todo lo que sea rescatar la lectura es bienvenido…
El conciertoe estuvo chulísimo y al acabar, y con una copa de vino en la mano, aproveché para echar un vistazo a los libros que tenían. ¡Qué sorpresa! Todo era novela negra… ya decía yo que este lugar tenía algo de inquietante.
Por lo que vi, constantemente organizan charlas, conciertos, presentaciones, todo alrededor de este género literario.
… volveré.

Cuándo aquella rubia despampanante empujó la puerta de mi despacho supe de inmediato que aceptaría el caso. Me habló de un garito llamado Cosecha Roja como la novela de Hammet, aseguraba que allí se cocía algo gordo de modo que me puse a investigar de inmediato.
La rubia tenía razón, en pleno barrio de Ruzafa, como no, aquel local ofrecía cafés, vinos y libros por igual, eso sí, todos los libros eran de género negro. Obligué al simpático barman a tirar de la manta y desembuchó de lo lindo. Allí organizaban conciertos de Jazz, cenas temáticas como una dedicada a Vázquez Montalban y todo tipo de locuras relacionadas con el tema. Llamé a la rubia, le dije que había resuelto el caso y que para celebrarlo la invitaba a tomar unos vinos al ritmo de Duke Ellington, me dijo que ni soñarlo muñeco, de modo que tuve que consolarme con un ejemplar de Los Mares del sur.