Mi padre es un manitas. Lo arregla todo, todo y todo. A él acudo cuando se me rompe algo en casa porque por desgracia, he heredado un montón de cosas suyas pero lo de ser una manitas, pues no, no lo llevo en los genes. Somos un equipo. Él se encarga de arreglarme los estropicios de mi piso y yo, me encargo de comprar lo que necesito. Por eso me viene bien tener esta ferretería cerca. Mi padre me dice: «Maite, necesito un pie de rey» o «Maite, necesito una broca supergorda» o «Maite, necesito una alcayata y un cáncamo» Yo, primero me quedo traspuesta y luego me voy hasta la ferretería más cercana y hago como que sé de lo que les estoy hablando. Y por muy raras que sean los artilugios extraños que me pida mi padre siempre los encuentro allí.
Inés B.
Évaluation du lieu : 4 Valencia
Necesitaba de una cosa«tan sencilla» como unas tijeras propias para cortar un pollo que había comprado entero… Pues como era una cosa que había tenido toda la vida en casa de mis padres, creía que aquí también iba a encontrar en todas las partes… y no. Sé que lo busqué por todas las partes, por el centro donde existen un montón de tiendas de cosas para la casa, en los grandes almacenes(aquí encontré, pero costaban un pastón…) y al final lo fui a encontrar justo al lado de casa… A mí me molan también este tipo de sitios porque se suelen encontrar«reliquias»… cosas del tiempo de nuestros abuelos que nos hacen recordar otros tiempos… y que ahora que hemos crecidos entendemos la utilidad… Además tienen absolutamente de todo y a precios bastante bajos. Gracias a ellos ya tengo también un «termus» donde llevar todas las mañanas mi cafetito bien calentito…