El Reventón

Si al igual que yo, tus expectativas con respecto de este local se limitan simplemente a cerciorarte de la veracidad de su nombre, te satisfará plenamente. Un amigo nos propuso celebrar en él una cena de grupo, prometiéndonos que disfrutaríamos de parrillada al estilo argentino de calidad muy aceptable, hasta hartarnos, por nada más que unos 12 euros. Chapó.
Dicho menú de tal precio ha de ser su propuesta estrella. Cuentan con otras opciones, pero ésta es la más barata para poner a prueba el límite de tu estómago. Insisto en ello: haciendo honor a su nombre, acudid al Reventón para devorar cuanta carne podáis; la calidad es buena, pero no excelente, que exigiría una tarifa más elevada.
Por esos poco más de 10 euros comimos una ensalada, las bandejas de carne y varias de patatas fritas caseras, con la posibilidad de ser acompañadas con ajoaceite. Las tres son raciones a compartir entre otros tantos comensales. Las enormes viandas de churrasco incluían chuletas de cordero, costillas de cerdo, longanizas, chorizos y morcillas. El reto es consumir tanto como tu cuerpo asuma: por parte del establecimiento no existe limitación alguna.
Durante la ingente dosis de colesterol y proteínas, guarda algo de hueco en tus venas para el postre, que no es nada especial, pero sí una manera de degustar dulces combinados.
En lo que se refiere al lugar, su apertura es reciente, y consecuentemente toda la decoración es nueva y está muy bien cuidada. Creo que cabe reseñarlo.

Hace un tiempecillo se nos ocurrió ir a este restaurante para probar cómo era. Y la verdad es que hace honor a su nombre, vamos que han ido directos al grano, porque si uno se lo propone, tienen que llamar a la grúa para sacarte del local del hinchazón que puedes pegarte.
Escogimos el menú de la «parrillada a reventar» (otra vez sin rodeos) y bueno, ya de buenas a primeras nos sacaron para tres personas una bandeja de carnaza de la que podrían haber comido siete personas, una ensalada también grandecita y una mega fuente de patatas fritas. La carne no era nada del otro mundo, aunque bastante variada. La ensalada también era normalita. Pero lo mejor para mi gusto, fueron las patatas fritas, en plan cortadas a palitos pero nada de congeladas, caseras como las de toda la vida.
Por si eso fuera poco, de postre sacaron una fuente con surtido de varias cosas: brownie, tarta de queso, tiramisú y alguna otra cosa que ya no recuerdo de tanta azúcar que tenía en el cerebro.
La camarera fue muy simpática y el servicio rápido, también hay que decir que prácticamente estábamos solos en el comedor, por lo que no les quedaba otra…
En fin, no hay mucho más que decir, simplemente que si eres de esos a los que les gusta hacer el bestia pues este es tu sitio, pero si eres vegetariano o algo por el estilo, mucha variedad tampoco vas a tener.

Situado en el lugar donde se encontraba uno de los locales de la franquicia Pizza Roma (un sitio que, para los que no los conozcan, ofrecía un buffet libre medio decente a la hora de la comida, pero por las noches y fines de semana, ofrecía en general cocina italiana de ínfima calidad para mi gusto, pero eso sí, en enormes cantidades), abrió hace un tiempo este establecimiento, basado en una premisa sencilla: comer hasta reventar, con la peculiaridad de que se centra mayoritariamente en la carne, al estilo de aquel episodio de los Simpsons donde acepta el reto de comerse un «Don Solomillón».
Aunque al principio únicamente ofrecían menús de carne, ahora han diversificado el negocio y ofrecen otras alternativas. En primer lugar, el producto «estrella» es el de la carne: un menú con churrasco, chorizo y demás cosas sabrosas a la parrilla, acompañadas de patatas caseras, de las que puedes pedir lo que quieras. Hay un segundo menú de pasta, también a reventar, y otro que no he visto que es de pizza, aunque supongo que será una pizza enorme con la que pueden comer tres personas. Todos los menús incluyen una bebida y postre, y vienen a costar alrededor de 13 €, aunque es algo más caro los fines de semana.
Teniendo en cuenta lo mucho que llegué a detestar el Pizza Roma, me parece un cambio agradable, aunque no sea para morirse. Como tampoco encuentro ningún motivo para no recomendarlo, simplemente diré que es un sitio al que merece la pena ir por lo menos una vez para ver si es de nuestro agrado.