Kairós

Para muchos, ser scout es vender chocolatinas por las puertas de las casas con un uniforme frikie vestido por gente frikie. A otros les viene a la cabeza la imagen del niño de Up, con todas sus insignias enganchadas a la camiseta.
Para mí ser scout es un estilo de vida.
Llegué al Grupo Scout Kairós en el momento oportuno (haciendo alarde del significado griego de su nombre). Tenía 15 años y no muchas cosas que hacer los sábados por la tarde. Así que mis amigas y yo decidimos probar. Conocíamos este grupo porque el primo de una de ellas formaba ya parte de él. Y después de tanto insistir nos animamos.
No negaré que la primera vez fui con prejuicios. Pensé que realmente me encontraría con gente muy frikie. Pero, la realidad fue tan diferente… que ya ves, hoy después de ocho años sigo estando allí, más implicada que el primer día.
Un campamento de quince días en verano sobraron para que me enamorara del escultismo, de este grupo y de la gente que lo formaba.
Acostumbrada a tenerlo todo en la ciudad (agua caliente, coca-​cola, cama…) tuve que aprender a dormir en tiendas de campaña, a ducharme con agua fría y en duchas hechas por nosotros con pallets de madera en el suelo, a cavar hoyos para poder tener una letrina donde hacer mis necesidades, a convivir con otros niños de diferentes edades, a que las arañas me subieran por la pierna… a entender que la vida es más sencilla de lo que creemos, a valorar lo que tengo a mi alrededor cada día y que no siempre veo.
Año tras año me fueron enseñando valores que me hacían crecer como persona y que aplico a mi vida diaria. Es por ello que el escultismo es más que salir a andar por la montaña, más que reunirte cada sábado a jugar con niños… el escultismo para mí es mi forma de pensar, mi forma de sentir… mi forma de vivir.
Es un camino que empiezas con 7 años (yo lo empecé tarde) y que nunca acabas. Va contigo.
Muchos pueden pensar con mis palabras (y con tantas otras que habrán escuchado) que los scouts son una especie de secta. Yo la verdad es que a veces cuando nos vemos a todos con las camisas de colores digo «vaya tela. Es que parecemos». Pero, no. Simplemente somos un grupo de gente que creemos en lo que hacemos y que intentamos dar una visión de la vida diferente o alternativa a la educación que se da en la escuela porque (esto es opinión personal) creemos que ésta no es suficiente.
Actualmente, soy scouter (monitora) e interactúo con niños de entre 14 y 17 años. Intento inculcarles lo que en su día me inculcaron a mí haciéndoles reflexionar sobre su vida, a esforzarse para conseguir todo aquello que se propongan… todo esto con un trabajo continuo durante el año y durante años.
Realizamos diversas actividades principalmente en la naturaleza con campamentos, rutas, etc.
Las rutas son algo más que alcanzar la cima de una montaña. Lo que se pretende es que los niños entiendan la lucha que ello implica y que en cualquier momento de su vida en el que se encuentren ante algún problema y crean que no pueden superarlo, piensen. Si pudieron superar aquella montaña por qué no van a superar cualquier obstáculo.
Es un trabajo que compensa. Bueno, no es un trabajo. Primero porque es sin ánimo de lucro (si cobráramos se le iría el sentido a todo) y segundo porque no nos cuesta, nos nace.
Es gratificante ver la evolución de los niños. Entran con 7 años y a los 21 son hombres y mujeres con valores humanos.
Las secciones se dividen en cuatro; manada, tropa, pioneros y clan. Cada una trabaja de una forma y todo está entrelazado para poder tener una evolución. El momento más importante en la vida de un scout es conseguir la promesa. Pero, no acaba ahí sino que hay que ir superándose cada día.
Y yo diría que el momento más importante y que más te engrandece es cuando puedes enseñar a los demás lo que tú sabes.
Pero, el escultismo no es algo que yo te pueda contar porque por mucho que diga, nunca podrás entenderlo. El escultismo es algo que hay que conocer por uno mismo…
Si aún tienes la oportunidad hazlo. Si no a través de ti, a través de tus hijos, sobrinos, etc.
Es sin duda, la mejor opción.