Uno de los puntos fuertes de este pequeño bar es su ubicación en la plaza Holanda. Para quien no la conozca este espacio supuso toda una novedad por su diseño cuando se construyó hace más de 20 años. Espacios semicirculares donde sentarse, como pequeños anfiteatros, le daban un toque especial. Hoy es una plaza más, algo ajada, con una zona de juegos infantiles y otra de zona verde. Pese a necesitar un buen lavado de cara sigue siendo un buen lugar para pasear con niños o para tomar algo. La calesa está situado en uno de los extremos del parque, alejado del griterío infantil pero enfrente de una zona verde. Es un bar de aperitivos y bollería, donde se han especializado en meriendas a base de gofres y otros dulces por 2 euros. Otro de sus atractivos son los mojitos y demás cócteles que ofertan, además de los menús para cenas a base de tapeo sencillo y montaditos que salen entre 10 y 20 euros según lo que pidas. Un barecito de plaza, agradable y sin pretensiones.