L’Klave

Un día, cuando iba de camino a la Falla Totana, mi hermana –vía whatsapp– me preguntó como se llamaban aquellos palos de madera que aporreábamos de pequeños en las clases de música. Mi respuesta fue, evidentemente, palos. Pese a que mi hermana me creyó, yo seguí dándole vueltas, porque algo me decía que tenían otro nombre menos obvio.
Al llegar al casal de la falla Totana, miré justo en frente y saltó la chispa in my mind, escuela musical La Klave… ¡¡ los palos que tocábamos de pequeños se llamaban claves !! De inmediato se lo dije a mi hermana, y al mismo tiempo me fui directo a aquella escuela que me había dado la solución al enigma.
Estuve curioseando el escaparate, repleto de instrumentos musicales, como por ejemplo guitarras españolas, baterías, violines y más guitarras, pero esta vez eléctricas. Cada uno de esos instrumentos estaban puestos allí por alguna razón, a parte de para decorar.
Más adelante, hablando con una amiga de mi novia, nos contó que iba a aquella escuela. También nos comentó que los instrumentos que vimos son cada uno de los instrumentos sobre los que imparten clases. Clases de percusión, de cuerda, de viento, preparación para acceso al conservatorio… todo a partir de 50 €/​mes.
Otra de las cosas que más nos sorprendió de esta escuela es la dedicación que tienen por fomentar el aprendizaje de los más pequeños. Jardín musical, iniciación musical para niños menores de 3 años, desde los 5 años aula rock –alejándose de la música clásica y típica– .
Tiene un gran surtido de lineas de aprendizaje y además lo hacen de una forma muy profesional. Docentes con gran recorrido laboral, y algunos de ellos incluso con los más grandes, como por ejemplo David Bisbal o Café Quijano.
No me he apuntado a ninguna clase, pero el día que acompañamos a la amiga de mi novia aluciné con lo bien organizado que está todo, además de la amabilidad que tuvieron al enseñarnos la escuela, sin ningún impedimento.
Nunca aprenderé música, pero si lo hiciera, lo haría en esta escuela, que para mí, fue la clave.