Lolitos

De todos es conocido que, cuando miras el precio de un menú a medio día, si es ajustado, puede que la calidad o la cantidad no sean tan ajustadas. En este caso este menú no tiene nada que envidiar a otros más caros de otros restaurantes.
El local es amplio, muy luminoso y limpio. Nuestra mesa estaba preparada para 10 comensales, dispuestos a reírnos, pasar un buen rato, y empezar celebrando las casi cercanas vacaciones.
Por supuesto es difícil coincidir gustos entre los 10, pero la amplia oferta de menú nos acopló a todos: De primero hubieron arroces, judías verdes o, ensaladas. De segundo también hubo variedad en nuestros gustos, pero el menú nos permitió probar solomillo, merluza y crepes de pollo entre otros. Rematamos la faena con algún que otro postre y, sobre todo, con cafés. Tanto los postres como la comida tienen el toque bueno de la cocina casera, de las de siempre, pero cuidando la presentación de cada plato.
La atención del personal es correcta y agradable. Casi que si sumamos todos los puntos, a saber: amabilidad, calidad, limpieza, y precio, vale la pena acercarse a comer en Lolitos.

Fui allí gracias a un amigo mío, pues no suelo fiarme demasiado de los bares que confrontan los hospitales. Muchos de ellos, al tener el negocio asegurado, no ofrecen la calidad que deberían.
Aquí, sin embargo, se aprecian dos diferencias: quisieron hacer una reforma que modernizara el local pero no cambiaron la carta para no perder su esencia.
No puedo hablar de comida o cena, pero sí de almuerzos. Y me quedo sin palabras. Bocadillos de un tamaño considerable, con mezclas de ingredientes tan poco usuales como sabrosas. Y, sobre todo, unas bravas candidatas al Top 10 de la ciudad.
El trato es además exquisito, lo que sube un punto más su calificación.
Atención Unilocalers y turistas: puede parecer un bar cualquiera, pero no lo es.
Una joya para una zona huérfana de ellas

Un restaurante que ofrece una tapas de muy buena calidad en un ambiente moderno y agradable. Tienen las típicas tapas mediterráneas, la tellinas son buenísimas, sártenes variadas y bocadillos muy bien preparados. El precio está acorde a la calidad que dan.

La pobre de mi mujer se había quedado toda la tarde en el Hospital Nou d’Octubre con su madre a la que habían hospitalizado y le tocaba también quedarse por la noche. Yo había estado trabajando todo el día y no pude llevarle nada de cenar, ella lo prefería porque así saliamos del ambiente deprimente del hospital.
La oferta no era muy variada, asi que cruzamos al otro lado de la calle para ir a un bar de tapas donde tomar unas bravas y un bocata. Mi suegra nos había dejado 9 euros para cenar y nos quedamos un pelín cortos.
El bar es modernito, muy bien decorado y con una carta con nombres especiales en los bocatas, afortunadamente pone lo que llevan debajo del nombre. No está mal, pero el precio me pareció un poco excesivo. Eso sí, visto lo que hay alrededor es la mejor opción.