MuVIM – Museu Valencià de la Il·lustració i la Modernitat

Me encanta este museo. Siempre tienen algo interesante que visitar. Además, tiene parte de la muralla árabe entre sus paredes.
Es un buen sitio para pasar la tarde, la mañana, un día de lluvia, es tranquilo, acogedor…
Mi última visita fue con la excusa de que un par de amigos tenían una obra expuesta por el Circuito de Ilustración Valenciana y claro, tienes que ir sí o sí.
Aprovechamos para ver un par, una de ella reconozco que no me gustó nada, pero eso no es culpa del museo, eh? Es cosa que yo pensaba que iba a ser una cosa y luego fue otra diferente.
Si vienes, pásate por la tienda, la chica es majísima y tiene de todo.

Parece mentira que desde el 2001 que abrió todavía nadie le ha dedicado un comentario en Unilocal.
Está ubicado en el antiguo Hospital General de Valencia. En sus instalaciones cuenta con una biblioteca y diversas salas de exposiciones, talleres, librería, etc.
Creo que se ha convertido en el museo que más veces he visitado. La verdad que tiene unas exposiciones temporales muy interesantes. De las últimas que he visitado recuerdo con cariño la de stop motion, ídolos pop y del tilt a byte (expuesta hasta el 22 de febrero). Los precios de las entradas, si es que no es gratuita, son bastante moderados, en esta última ocasión costaba 2 €.
Lo recomiendo como un buen plan si estas por el centro de Valencia. Si después os apetece tomar algo os sugiero dada su cercanía el nórdic café. Vamos, que ya no hay excusa para no disfrutar de un plan cultural

Es uno de mis museos favoritos de Valencia. Aunque soy consciente de que no es de los mejores que hay en la ciudad a mi me encantan las exposiciones que hacen. Siempre son como poco curiosas, vistosas y amenas. Además, ayuda mucho que cada cierto tiempo puedas ir de visita y encontrarte con algo nuevo.
Lo mejor es que la entrada es gratuita, a excepción de la exposición permanente, que es muy interesante aunque a penas está promocionada.
También son muy interesantes los ciclos, charlas, eventos, etc. que organizan. Las temáticas que escogen son siempre innovadoras y muy dinámicas. También ayuda la localización en el centro de la ciudad, junto a la Biblioteca Pública de Valencia y junto a unos jardines. La librería Dadá, dentro del recinto, es también una de mis favoritas.

La exposición permanente ‘La aventura del pensamiento’ apenas está promocionada en esta ciudad y es fantástica. Se nota que han pasado los años por ella, pero hay que verla. Sorprende que haya algo tan chulo en Valencia y que se le dé tan poca bola… Yo al menos me quedé alucionando cuando la vi… Es gratuita!

El Museo Valenciano de la Ilustración y la Modernidad es un claro ejemplo de arquitectura contemporánea y sus salas tienen tanto exposiciones permanentes como temporales durante todo el año. Ahora mismo el genio valenciano de la ilustración, nuestro querido Paco Roca, está en cada rincón de la sala principal y se puede ver la magia de la ilustración paso a paso en sus dibujos, muchos de ellos aún bocetos.
Además de las exposiciones, se hacen conferencias, presentaciones, proyecciones audiovisuales y talleres didácticos en el mismo espacio. El MUVIM también dispone de una biblioteca para consulta de archivos del museo y de una librería llamada Dadá, donde se pueden comprar todo tipo de libros sobre el museo, y sus exposiciones permanentes y temporales, así como otros de interés en arte, fotografía, moda, ilustración, revistas y hasta literatura infantil. Vale la pena una excursión por este museo, siempre hay algo interesante que ver allí.

Si algo tengo que decir del MuVIM es que es un museo extraño. Comenzando por su arquitectura, totalmente antimuseística. Algunas veces me recuerda a un búnker, sobre todo el pasillo que lleva a las salas subterráneas, ya no porque los muros sean de hormigón armado, sino porque el suelo de estos pasillos es de un color gris frío que da terror.
Aún así, las salas de exposición dan bastante juego y son muy amplias. Impresionante los montajes que realizan sobre todo para las exposiciones producidas por ellos mismos, con inmensos vinilos por las paredes que «adornan» las exposiciones.
Aquí se aprovecha todo. Es normal encontrarte una exposición en el hall del museo, o en la última sala de arriba (el ascensor no tiene desperdicio) que se reduce a cuatro pasillos sin apenas espacio.
La muestras que suelen programar van desde la fotografía al papel impreso y suelen ser bastante heterogéneas. Me refiero a que cuando montan una exposición no se reducen a la simple exposición de las obras y ya, sino que incluyen otros tipos de documentos que complementan muy bien el grueso de la exposición, como documentales, fotografías o cualquier tipo de impreso.
La cafetería es muy agradable y la terraza es perfecta incluso para ir a tomarte algo, sin ni siquiera entrar al museo. Gente muy maja tanto los de la cafetería, como la de la librería.
Durante los últimos años ha sido un museo bastante accesible y ha estado abierto a cualquier tipo de propuesta, lo que lo ha convertido en algo más que interesante. Era fácil acercarse por allí y hablar con el mismísimo director.
Esperemos que siga así.

Yo lo conocí mucho antes de que naciera. Desde que era un agujero cuadrado y profundo en el suelo del que no voy a contaros lo que salió. Como cualquier pequeño genio, nada en ese agujero hacía intuir lo que sería de mayor.
No sé si es por su ubicación, por su distribución o todo el mérito de un trabajo bien hecho, pero el MUVIM es un sine qua non de cualquier día de cultura. Los domingos por la mañana brilla más que un parque, aunque llueva.
Es un museo muy visual y una apuesta segura. A veces pienso que ha sido creado para poner paz entre las personas. Así como somos, que nos cuesta tanto decidir para todo, incluso cuando somos sólo dos. Pues en momentos así, eligiendo el MUVIM todo está resuelto, la mayoría de las veces es la mejor opción.
Recuerdo especialmente uno de esos domingos, culturetas como los llama Bárbara. Madrugué saltando de la cama a las 11 de la mañana (sí, sí, madrugué) y puse pies en polvorosa para estar a las 12 en el punto de encuentro. Me salté todos los cafés y corría tanto que casi me salto hasta las canceladoras del metro. Llegué y todos esperaban ya dentro, pero justo al principio, menos mal, todavía no habían visto nada. Íbamos a ver fotografías de NY pero antes había que saludar a Kertesz que esperaba en un espacio previo. Me enamoré locamente. Creo que desde la primera fotografía se paró el tiempo. No es que no hubiera sentido nunca antes el Síndrome de Stendhal, es que hay momentos, obras situaciones, compañías y artistas que son en sí mismos una sobreexposición a la belleza.
No es inofensivo este síndrome. Si Stendhal levantara la cabeza, creo que admitiría que algunas veces es una picadura, crónica y aditiva. Debe de ser así porque obviamente, ni todos los artistas son iguales, ni todas las exposiciones tienen el mismo éxito. Sin embargo cuando entro al MUVIM, yo las saludo a todas de la misma manera; aguantando la respiración unos segundos. No sé si es mi imaginación o de verdad por un momento me falta el aliento.
Se me pasa enseguida el trastorno, porque otra de las cosas que consigue siempre este museo, sobre todo en las exposiciones de fotografía, es que el artista también quede retratado. Fotos con sus amigos, con su familia, con sus primeras obras, aquellas por las que poca gente hubiera apostado.
El MUVIM no es sólo el Museo de la Ilustración y la Modernidad, es el Museo de los artistas y de las personas, o el museo en el que los artistas también son personas.
Es además un centro cultural que piensa en todos. Organiza visitas guiadas, actividades, talleres para niños a los que siempre quiero apuntarme…
Es el museo en el que pienso cuando hablo del Ácido Cultúrico y de esa reacción química para la que no quiero que haya cura.

El nombre oficial de este museo ya da algunas pistas del tipo de exposiciones que alberga. ¿Qué es eso de la modernidad y la ilustración? El museo pretende ser un espacio de promoción de las formas de expresión del hombre moderno, ese que nació a raíz del Siglo de las Luces, donde todo empezó a girar en torno al ser humano y a la razón.
El MUVIM no es el típico museo de pintura y escultura donde tienes que tener conocimientos de arte para valorar las obras, sino un lugar donde la publicidad, los medios de comunicación de masas, la fotografía, el cine, los cómics, el marketing y demás expresiones típicas de una sociedad de consumo como la nuestra tienen una relevancia fundamental.
En mi opinión es el mejor museo de Valencia porque no alberga exposiciones de arte de épocas remotas que no entendemos, sino que el MUVIM habla nuestro propio lenguaje, el lenguaje de los que hemos crecido viendo los anuncios por doquier, yendo al cine, consumiendo televisión e imágenes de marca.
La primera exposición que fui a ver fue una de pop-​art que ¡¡me encantó!!. Lástima que fuera temporal… Hay otra que es permanente que habla precisamente de la evolución del pensamiento del ser humano, desde la época clásica hasta la actual. Recuerdo una de las últimas salas, un habitáculo lleno de televisiones cada una con su imagen y su mensaje, una crítica a la sociedad de la información, ¿o debería decir de desinformación? Ese es el concepto del MUVIM: hablar de los fenómenos sociales de hoy en día pero manteniendo un espíritu crítico.
Por cierto, no se me puede olvidar deciros que el MUVIM también cuenta con una tienda y una biblioteca donde tienen todo tipo de libros sobre cine, fotografía, publicidad, movimientos artísticos modernos, etc. Un paraíso para los frikis de las artes modernas.

Lugar de arquitetura moderna e com bastante espaço para exposições e manifestações artísticas e culturais, tanto na parte interior como na parte exterior. Quando visistei o museu havia poucas exposições e de pouca expressividade. A entreda é gratuita.

Con el colegio fui y me gustó mucho. Con personas disfrazadas de la época te iban contando la historia de la ilustración en una magnífica ambientación.

I saw a exposition in this museum amazing, it was theaters of paper and card made for children.
It was like toys for children build. An most of them were very old.