Puppy

Este peluquero de mascotas se parece a David Carradine y es, en efecto, hombre de acción: se atreve hasta con gatos. Pero además de solventar sus misiones (desparasitaciones varias y despeluchamiento de animalitos desastrados), este peluquero tiene inclinación artística: convierte perretes simpáticos en repeinados modelos para exposiciones, concursos o simples paseos por el barrio que llenen al dueño de orgullo.
De ahí que llame a su establecimiento «salón de belleza» y decore con gusto la entrada. No os alarméis: no se trata de uno de esos derroches de lujo para mascotas que te hacen pensar en el mal reparto de la riqueza y demás injusticias sociales; simplemente es un lugar cuco, colorista, infantil, como una guardería (al fin y al cabo, animales y niños ¿no son lo mismo?).

Aquí estuvimos llevando a nuestro perro a lavar durante mucho tiempo, y es que tener un sitio así tan cerca tiene muchas ventajas:
— Los pisos, y más concretamente los baños, de normal, no son tan grandes como para poder meter a un perro en tu bañera y poder lavarlo y secarlo tranquilamente (a no ser que tengas un chihuahua).
— Hay perros que tienen horror al agua. Ponte a pelear con un perro en un cuarto de baño de 2 metros cuadrados con agua por todas partes. Como mínimo cómico (visto desde fuera claro).
— Hay perros que eso de que les seques con un secador no lo asimilan muy bien. Intenta atrapar a un perro mojado con las manos en un cuarto de baño de 2 metros cuadrados.
Te voy a decir cómo suele terminar todo esto: gana el perro.
Así que casi mejor llevarlo a unos especialistas y que se coman ellos el marrón del perro que tiene miedo al agua, que no es amigo de los secadores y que pesa 26 kg.
El dinero mejor pagado de mi vida.