Tan underground como amable, he estado varias veces en Rincón Latino porque si estás por el centro de Valencia y quieres tomar algo tranquilo en un pub con algo de ambiente pintoresco, buena música y estar cómodo sin ir al Carmen a buscar el sitio menos lleno de turistas y gente guay, Rincón Latino está en Gobernador Viejo, cerca de la Calle de la Paz. El sitio es más bien pequeño, dispone de muchas recetas de chupitos y copas, todo eliminando por completo el toque elitista y «pijo» al que aspiran muchos locales. Rincón Latino lleva ahí mucho tiempo como para cambiar. Hay decenas de mensajes en servilletas colgados por todo el local y cuando nosotros fuimos incluso había varias personas haciendo un dibujo en una cartulina. Que es un sitio muy creativo, vamos. La bebida es realmente barata, tres mojitos nos costaron 7’5 € y hay pocos chupitos por encima de 3 €(teniendo en cuenta que son chupitos currados, no tequila). La mayoría tienen buena pinta aunque esto de mezclar alcoholes ya sabemos cómo puede terminar. Una ventaja es que la calle Gobernador Viejo es muy tranquila así que uno puede estar fuera del local sin estorbar a nadie.
Luis P.
Évaluation du lieu : 3 Valencia
Los mejores chupitos de la historia y baratisimo !!! Regentado por una pareja simpática. Todo un descubrimiento
María G.
Évaluation du lieu : 5 Valencia
ELANTRO por antonomasia de Valencia. El lugar tiene el encanto de los lugares con solera. La decoración es muy sencilla: sillas y taburetes, el Che Guevara por todas partes, carteles de prohibido fumar escritos a mano en servilletas, unos cuantos loros, una tele de 20.000 pulgadas, sobre la barra todo tipo de papelorios que los diferentes parroquianos han ido dejando a lo largo de los años y una barra tras la que puedes leer en su respectiva cartulina dibujada cada una de las bebidas que preparan por precios no superiores a ¿3 euros? Los mojitos están bien y son a 2,5 €, el ruso blanco está rico pero no es apto para los más escrupulosos ya que si lo pides verás como se adentran en la cocina, salen con un vaso con el líquido y rematan la jugada con un chorreoncito de nata para cocinar Hacendado, pero está rico, yo los he bebido a raudales y aquí me encuentro, vivita y coleando. Tienen un horario un tanto peculiar que nadie conoce, pero es fácil coincidir con ellos. Además cuando cierran no tienen prisa en echar a los rezagados que quedan. Muy recomendable para una noche de risas
Raúl P.
Évaluation du lieu : 4 Valencia
Como han dicho ya por aquí es un antro en toda regla, un sitio con alma donde puede tomar infinidad de cócteles a precios irrisorios. El local es como una cueva, no conoce las reformas pero te lo puedes pasar genial con tu grupo de amigos. Yo suelo ir a tomar algo mojito que otro y luego a bailar. Eso sí, está en una calle poco transitada donde no hay nada más pero El Carmen no queda muy lejos.
Tara K.
Évaluation du lieu : 2 Valencia
Bueno, no me enamoró, precisamente. Está bien. Quizás iba con unas expectativas demasiado altas y ¡pum!, desilusión. El lugar, ya se sabe, se me hizo poco acogedor y la señora que nos atendió de simpática tenía poco… a lo mejor era demasiado pronto(fuimos sobre las 11 y media) y no estaba a tono o simplemente no era su día… No creo que vuelva.
Raquel S.
Évaluation du lieu : 5 Valencia
Descubrí este sitio gracias a Unilocal.Sino seguramente seguiría sin conocerlo. Acabamos mi chico y yo aquí una noche después de cenar, y queríamos ir a tomar algo a algún sitio. Ya lo había fichado en Unilocal,así que acabamos en él. Está próximo al Centro Cultural Bancaja/Plaza Tetuán y es un poco complicado de encontrar porque está en una calle estrecha y poco transitada. El letrero es pequeño y la entrada también, si no llega a haber gente quizás habríamos pasado de largo. El lugar es muy acogedor, pequeño, con sillas y mesas viejas. En la parte de arriba de la barra, y pintadas a mano, están las bebidas que hacen, además detallando que lleva cada una. Probamos el ruso blanco y el colombiche, nos quedamos con ganas de más y pedimos otro del que ya no recuerdo el nombre. Si buscas un lugar íntimo, buen ambiente y beber barato, este sitio te gustará. Si buscas decoración exquisita y algo«cool», entonces no es tu sitio.
Victor R.
Évaluation du lieu : 5 Valencia
Un «antro», de los buenos, de los que no sabes que existe a no ser que algun parroquiano te lleve de la mano. Aquí me he tomado algunos«tragos» de los más deliciosos con los nombres más variopintos y también mojitos que no favorecen la hiperglucemia.
Mathieu B.
Évaluation du lieu : 5 Marseille
Ce n’est pas la première fois que j’arpente les rues de Valencia. Cela fait même de nombreuses années. Et pourtant, je n’étais jamais venu ici. Quelle erreur ! Le bar au premier abord né paye pas de mine. Dans un coin reculé, sans réelle pancarte, juste le nom et une lampe pour informer le passant que le bar est ouvert. Une fois à l’intérieur, par de carte non plus. Tout est affiché en hauteur avec sur des dessins présentant les chupitos et mojitos disponibles. Des noms exotiques, des alcools étranges et des mélanges excentriques mais au combien originaux(le cerveau de moustique, mélange de liqueur de pomme, de sirop de fraise et de Bailey vous étonnera autant par sa couleur que par sa forme, photo à venir). On né devait que faire un passage, on y a passé la soirée. Les patrons sont supers et il né faut pas se fier à l’accueil minima de départ. Parlez un peu avec eux et vous découvrirez des gens ouverts, marrants et sympas. Je retournerai sûrement à chacun de mes passages. C’est dit :)
María José H.
Évaluation du lieu : 5 Valencia
«Conozco un sitio que hace los mojitos a 2.5 €» ” Ok, pues vamos” Me dijo mi amiga, «Antes te tengo que decir que al sitio que vamos es un antro, pero un antro, antro»… Y es que a sabiendas que mi amiga es más bien pijita, pues le advertí primero. Yo hacía años que era usuaria de El Rincón Latino, desde primero de facultad y de eso, bueno, no voy a contar los años que hace que me deprimo… Íbamos con los compañeros de la facultad al primer sitio de todos antes de ir a Casa Vella,(qué de recuerdos). El local, regentado por un matrimonio, más bien independiente(por todos los lados del local hay banderas de cuba y fotos del Ché), es como he dicho antes un antro. Un bajo de una vieja casa con grandes portones de madera cuatro sillas, cuatro mesas, colgando de la barra carteles de lo que ofrecían dibujados a mano, muy bien, y eso sí llenito de gente a rebosar. Recuerdo los grandes portones, porque cuando comenzó la ley de cerrar todos los pubs a las 4, ellos cerraban, sí pero con nosotros dentro y si te quedabas fuera no tenías más que llamar y ya. La última vez que estuve,(Con mi amiga la pija) habían remodelado el local, y habían quitado las puertas, cosa que me dio un pelín de lástima, pero no mucho, su esencia sigue ahí, los chupitos, las cuatro mesas, y los mojitos estupendos a 2.5!!!
María P.
Évaluation du lieu : 5 Valencia
Este lugar ha sido para mí probablemente uno de los mejores descubrimientos del año. Lo conocí porque un amigo me llevó, pero sin duda la mejor forma de dar con él es simplemente perderte callejeando y entrar mitad confuso mitad sediento a algo que de primeras parece de todo menos un bar. Una pequeña puerta no muy alta con un rótulo pintado a mano da paso a un pequeño local de techos bajos y forma de L. El camarero y dueño, un nicaragüense de poco más de 50 años, te da la bienvenida y, especialmente si no vas en un grupo muy numeroso, se ofrece a daros además de algo con lo que tranquilizar el gaznate una agradable conversación, que en el mejor de los casos se acaba traduciendo en rondas a cuenta de la casa. Además del estupendo trato, el lugar de primeras no tiene gran cosa de especial. Algunas sillas viejas de bar, mensajes en hojas de libreta pegados a la pared con celo y un par de pósters baratos del Che son el 80% de la decoración, que recuerda más a una peña de pueblo que a lo que realmente es: una chupitería excepcional. Si miras a la barra ya te vas dando cuenta de por dónde van los tiros y de que ese sitio con el que has topado sin buscarlo probablemente va a convertirse en parada obligatoria para empezar(o terminar) la noche valenciana en condiciones. Lo que más llama la atención de la barra, y eso que hay millones de trastos colgando de todas partes en plan tómbola, es una larguísima lista de «fichas» de colores escritas y dibujadas a mano: es la carta. Un catálogo ilustrado de más de 100 chupitos se extiende ante tus ojos con todo lujo de detalles para ayudarte a elegir tu próximo trago, con unos precios que oscilan entre 1’50 y 2’50 €. A destacar mi favorito, el «Ruso Blanco» a sólo 2 € y mención especial también para esos mojitos hechos al momento a 2’50.
Raúl A.
Évaluation du lieu : 4 Bétera, Valencia
Cuando me hablaron por primera vez de «El Rincón Latino», pensé que se trataba de un garito donde pinchaban salsa y la gente se ponía a bailar sin parar. Yo nunca bailo, no sé, no me gusta, así, que siempre que mis amigos, iban al Rincón Latino yo me escabullía y me iba hacia otros lares. Pero entonces, hace apenas 3 meses, el destino, que es un juguete muy caprichoso, quiso que un amigo mío se fuera a vivir dos calles más allá, y el día de la fiesta de la inauguración de su piso, después de cenar, y de tomar unas cervecitas en su casa, todo el mundo dijo: «al rinconcito» como lo llaman cariñosamente ellos. Mi gesto se torció, «¡maldita sea mi suerte! con lo poco que me gusta la salsa, y bailar, joooooooooo!!!». Salimos del piso de mi amigo, andamos durante 20 metros y llegamos a una puerta pequeña, dentro se veía un espacio no demasiado grande, y gente junto a una barra, en las paredes había colgadas fotos del gran Ché. Mis amigos entraron, y yo les pregunté: «¿pero no vamos al rincón latino?», todos se rieron y entraron. Yo les seguí, me fijé en la barra, había cientos de pequeños cartelitos con todos los chupitos que hacían allí… Y resultó que el rincón latino, era un pub de hablar y beber, de tomar conciencia y de conocer, y resultó que no había necesidad de cantar, ni de bailar salsa, y resultó que me sentí como en casa, como en mi propia casa, y me fascinó. Ahora, gracias a que mi amigo vive al lado, suelo ir bastante, es barato, los dueños son una pareja encantadora, maravillosa diría yo. Y por suerte, he encontrado un nuevo lugar en el mundo donde puedo estar bien, sin la necesidad de bailar, ni tener que fingir que me gusta bailar, ni la salsa ni nada por el estilo.
Néstor V.
Évaluation du lieu : 5 Valencia
El Che en la pared y Gloria Estefan en los altavoces. Muros blancos y barra de madera. Este bar en forma de ángulo recto es, efectivamente, un rincón latino. Pero nada más entrar, me quedé paralizado. Embelesado. Enamorado frente a la barra. Lo que me robaba el corazón era la carta, desplegada en la pared en forma de decenas de postales pintadas a mano, cada una representando una pócima, con su nombre, dibujos tropicales, sus apetecibles ingredientes y el precio. La cosa va así: si cuesta 2,5 euros es cóctel(en vaso pequeño pero contundente). Si cuesta menos de dos, es chupito. Me los miré y remiré. Unos prometen refrescarte con sus toques exóticos, otros son garantía de entrar en calor en diez segundos. Los cócteles clásicos, como el mojito o el daiquiri, les salen exquisitos. El chupito flameado de tequila con frambuesa(¿o era fresa? ¿o mora? entenderéis que no lo recuerde bien…) arde en el vaso mientras lo sorbemos con pajita. El flechazo será duradero. Ese primer día, el maduro camarero nos quiso hacer un obsequio. Mientras plegaba y cortaba una hoja según algún misterioso patrón de papiroflexia, con voz seria nos explicaba que era una larga tradición suya… y nos enseñó el resultado, una especie de hombrecito de papel: tiró de sus piernas y un tercer miembro se irguió entre ellas. Arriba y abajo, arriba y abajo. Menudo cachondo.
Alex L.
Évaluation du lieu : 5 Valencia
¿Queréis probar un local con todos los chupitos posibles? Existe y está en Valencia. No apto para gente aburrida. Se llama el Rincón Latino y está en pleno centro de Valencia a pocos metros del Carmen. Sin duda, es un local único. Es uno de mis rincones por excelencia. No tengo palabras para poderlo describir porque realmente es muy auténtico. Es un local muy pequeño pero si vais, siempre está lleno. Puedes tomar un mojito por solo 2,50 euros y una infinidad de chupitos que están tirados de precio. Además de disfrutar de una buena charla con todas las bebidas alcohólicas que quieras, también puedes apreciar el techo y las paredes con todas las banderas del mundo, un homenaje al Che Guevara y muchas más cosas que tienes que ver con tus propios ojos. Lo regenta un matrimonio que es majísimo y te van a poner los chupitos que quieras. Es sin duda una de mis recomendaciones para todos vosotros. Yo lo descubrí ya hace muchos años y afortunadamente hoy todavía sigue abierto y ganando más adeptos.