Standby

Mi opinión negativa principalmente es por la música, porque ni el ambiente, ni el precio (5 euros con cerveza), me parece que estén nada mal, pero es que es entrar aquí y sentir que estoy en el día de la marmota…
Fui la primera vez porque unas amigas habían alquilado el local para su cumpleaños. Hasta entonces estupendamente, más que nada porque éramos nuestro grupo de gente, y poniendo la música que queríamos (¿así quién no está bien?), pero una vez quitaron nuestra música y lo abrieron al público…A mí me gusta el rock, es más, suelo salir a sitios de ese estilo, pero para el dj del Standby rock es igual a temazos megatrillados que ya cansan y aburren por lo que los han repetido.
Que me pongan por ejemplo Sweet Child of Mine en un momento puntual de una sesión, pues me emociona e incluso dices ¡temazo…pero cuando a esta canción le siguen Maldito Duende, El Perro Verde, Golfa, Rojitas las Orejas y acabamos con Ska P (recuerdo tener ONCE años cuando sacaron el disco ese del Vals del Obrero) pues ya piensas yeee, ¿qué no hay más canciones?, ¿es que en 15 años no ha habido grupos que cantaran canciones nuevas, por Dios? pues se ve que no. Sobre todo porque al finde siguiente volvemos a empezar, y otra vez las mismas canciones, y reza para que no te pongan Mago de Oz…

No recuerdo la primera vez que fui a Standby. Pero, sí recuerdo lo que pensé y fue que yo no encajaría en ese ambiente.
Siempre he sido más de discotecas un poco más pijas y con otro estilo de música. Y dije: «a ver qué tal va esta aventura». Y fue bien, muy bien.
No era el tipo de música con el que me gusta salir a bailotear pero no era una música que me desagradara. De hecho creo que con el tiempo me gusta hasta más.
Y es que no es un sitio de «perreo» máximo y de gente loca por aparentar. Es un sitio de gente normal, común que buscan en Standby un sitio donde evadirse y descargar toda esa energía contenida durante la semana.
Es un sitio asequible a cualquier bolsillo (a los estudiantes les hacen descuento). Aunque con el tiempo ha ido subiendo el precio, la verdad. La entrada incluye consumición (que siempre se agradece). Y sobre todo, es una opción que siempre está ahí. ¿Dónde vamos? Pues al Standby.
Es uno de los pocos sitios donde puedes quedarte hasta tarde y que no sea la típica discoteca de «chumba-​chumba».
Y da igual que seamos un grupo de 15, 10 o incluso 4 personas porque la diversión está asegurada. Tampoco importa si cuando llegas hay dentro mucha o poca gente. Un día llegué con mis amigas y aún no había nadie dentro.
Tenía una cerveza en la mano, el ritmo en el cuerpo y toooda la sala para mí sola (aunque he de reconocer que tampoco es muy grande) pero, ¿necesito algo más?

Viva el rock, me gusta, me gusta!!!
Tengo que confesar que cuando fui por primera vez, arreciaba el calor fuera en la noche valenciana, y tengo que decir que de esto hace un par de meses. Era reacio a terminar la noche en Cánovas, siempre he sido un ratón del Carmen y últimamente de Ruzafa, pero de Cánovas, agggghhhhh, nunca me ha gustado, ni la gente, ni los restaurantes, ni el gilipollismo mayúsculo que alumbra el pijerío.
Así que yo he confesar que con 35 años, que son los que tengo, he descubierto el Standby. Nunca es tarde si la dicha es buena dicen. Y creo que si lo dice el refranero español yo no soy nadie para llevarle la contraria.
La música es buena, reducida en su repertorio, pero buena, la entrada es barata, comparándola con las de otras discotecas, el sitio se llena, pero te puedes mover y bailar como un loco, y la gente mola, es gente normal, del día a día, ni pijos, ni punkys, sino gente normal, la mayoría estudiante, o antiguos estudiantes.
Cosa que a mí me echa un poquito para atrás, porque de mi época de estudiante ya hace más de una década, pero a pesar de ello, me sorprendió y he repetido en varias ocasiones.
Me recuerda lejanamente a los pub de rock que había en la zona Xúquer en aquella maravillosa década de los 90. De hecho, me recuerda tanto que parece que cada vez que voy me introduzco en una máquina del tiempo y vuelo hacia detrás, no sé si será eso, o serán las cervezas que me tomo, o que mi cabeza está más para allá que para acá, pero me parece un sitio divertido, recomendable y bastante barato.

Standby es una discoteca donde siempre que se enciende la luz, me pilla con una cerveza llena en la mano. Y ni cierra pronto ni soy muy de tomar alcohol dentro de los locales. Y es que, no sé qué tiene (sinceramente, no lo sé, no lo entiendo) para que cada vez que vaya sea un festival impresionante.
Standby es una discoteca de rock. Esto, teóricamente reduce la cantidad de asistentes a lo que la gente llama melenudos y perroflautas. Sin embargo, y pese a que sí que son mayoría, la variedad de la gente que asiste y el buen rollo general asegura una noche memorable. La música, eso sí, es de un estilo reducido, pero ¿quién no ha bailado y saltado como un loco con Mago de Oz o Ska-​P? Para mí, desde luego esos momentos no tienen precio, por muy poco identificado que me sienta con esa música. Eso sí, si quieres pedir cosas más del tipo Franz Ferdinand o Los Planetas, por supuesto que te las ponen. Y además, te aseguras no tener que escuchar a Rihanna o a Pitbull o a Rihanna con Pitbull.
Uno de los momentos en los que se ve el buen rollo es, por ejemplo, cuando sales fuera a fumar. Yo no fumo, pero suelo salir siempre a acompañar a alguien y arrojarme con desconocidos en el suelo a charrar sobre temas impensables.
Además, la entrada es barata y ofrece descuentos a universitarios (y si lo fuiste y conservas el carnet, pues lo enseñas a ver si cuela). Y dentro los precios no son muy caros, al menos una o dos cervezas pueden caer.
Lo dicho, discoteca recomendadísima si no eres muy prejuicioso ni de los que se pasan 3 horas echándose perfume frente al espejo antes de salir. Buena imagen no vas a dar, y mucho menos al salir de ahí de buena mañana.