Teatre Micalet

Este es uno de mis teatros favoritos de València, por varias razones:
Debido a que sus espectáculos son en valenciano, trata de reivindicar el uso de esta lengua, así como la cultura en la misma.
Además, alberga una serie de espectáculos que normalmente son censurados en otras salas, como el genial Xavi Castillo o Eugeni Alemany.
Hemos visto ambos espectáculos y son totalmente recomendables siempre que seas una persona crítica y consciente de la situación política en la Comunitat Valenciana.
Añadir que tienen un espacio para albergar exposiciones, en esta última ocasión había unos cuadros preciosos del estilo de Sorolla (en cuanto al uso de la luz se refiere) firmados por una artista que se apedillaba Zafra (no recuerdo el nombre).
También tienen un bar con comida típica valenciana: esgarraet, sepionet… Con una buena relación calidad precio y con un ambiente muy agradable, nos pareció curioso que el barman era Jaime Linares el actor que interpretaba a Narcís Boira en la Alquería Blanca.
Lo recomiendo muchísimo y para nosotros es uno de nuestros imprescindibles.

Un teatro que se aleja de lo políticamente correcto y donde tiene cabida todo tipo de teatro contracorriente. Un espacio acogedor y con un encanto cercano que te hace sentir realmente cómodo.
Es uno de esos lugares emblemáticos donde sientes la rebeldía y aire reivindicativo de las obras que proponen, y lo cierto es que se agradece.
Siempre ha recibido a artistas que han sido censurados en otras salas como Xavi Castillo, donde puede sentirse como en casa sobre este escenario.

Teatro Micalet es un sitio agradecido. En ésta Valencia políticamente de derechas un teatro totalmente contrario a ellos es un soplo de aire fresco. Son de los pocos que se atreven a meterse con cosas casi intocables aquí: la iglesia, Rita, Camps… Son sólo uno de los temas a los que se les da un buen meneo en clave de humor y muy, muy descaradamente.
Desde luego la colaboración estrella son los monólogos del alcoyano Xavi Castillo y su compañía Pot de Plom. Con sus sátiras brutales y desternillantes con las que despedazan los temas más candentes de la actualidad valenciana.
A parte del mencionado teatro, el Micalet también recoge y ofrece otras artes escénicas como la danza o conciertos. Además de disponer de servicio de cafetería.

Pequeñito, acogedor y con un aire reivindicativo que lo hace muy suyo. Y muy nuestro. El teatro Micalet es una institución de referencia para las artes escénicas valencianas, no por nada en particular, sino por el hecho de hacer comedia de lo políticamente incorrecto, con toda la literalidad que el término admita. Aunque la comedia siempre ha sido su buque insignia, también se hacen conciertos, espectáculos de danza u otras actividades. Desde octubre de 2011 una nueva compañía se ha puesto al frente de la gestión, lo que puede llevar a perder un poco la esencia de lo que era el Micalet. Todo se andará.
Sea cual sea el rumbo que coja, ir al Micalet siempre será una experiencia ultra-​sensorial porque implicará un paso por la cafetería de la Sociedad Coral. En parte porque es la entrada obligada al teatro, (lógica aplastante la mía) pero sobretodo porque me parece un sitio muy acogedor. A ojos vista no tiene nada de especial porque es una cafetería donde ir a tomarte algo y punto, pero al rato de estar allí sentado la cosa cambia. Es difícil de explicar, así que recomiendo muy encarecidamente el tándem merienda + teatro. He dicho.

El Micalet ya no es lo que fue. En mayo cerró sus puertas después de 15 años, y ahora la empresa «Pro 21 Gestió Cultural» ha tomado sus riendas para hacerla resucitar, eso espero por el bien del teatro, aunque observando lo que están programando me da la impresión de que van a dedicarse a traer cosas desde fuera, en concreto desde Barcelona, que es donde tiene la sede la Pro 21 Gestió Cultural.
Para mí es una pena, ¡enorme!, que la compañía que pertenecía a este teatro ya no exista, porque me han hecho reír, llorar y emocionarme como pocas otras compañías de teatro. La pena es que fueron perseguidos y castigados por partes de las autoridades culturales de Valencia, ciudad y comunidad, simplemente por el hecho de ejercer su libertad de expresión, su derecho a decir «esto no me gusta y lo pongo en un montaje teatral».
Ahora les han dado una pírrica y pequeña subvención de 10 euros para contratar espectáculos, pero ahora ya es tarde, sí, vendrá gente de fuera a llevar el negocio, un buen teatro, del que por cierto conozco incluso hasta su arquitecto. Fue en mayo pasado, estaba hablando con una actriz/​directora sobre el cierre del Micalet, y su marido intercedió en la conversación para decir, «yo fui su arquitecto».
Me quedé sin palabras, porque su estructura como teatro es única en Valencia. El escenario no es el clásico escenario de un teatro, puede serlo, las gradas retráctiles así lo permiten, pero también pueden tener diferentes usos y formas. Un teatro magnífico para el que espero la mejor de las suertes posibles. Porque el talento, ya desfiló, ya hizo reír, ya emocionó…
Larga vida al micalet!!!