Zhong Hua

Mucha gente parece tenerle miedo a entrar en este tipo de tienda pero no hay nada que temer y mucho que ganar. Aunque muchos de los trabajadores no entiendien español (vamos, lo mismo que en un todo de cien de chinos) todo está etiquetado en español con lo cual no hay nada de preocuparse. Aquí suele haber una chica joven que lo habla perfectamente.
Puedes encontrarte con ingredientes que verdaderamente espantan y otros que, aun con la traducción, te quedas con la cara de tonto pero también tienen muchas cosas que normalmente te cuesta el ojo de la cara en otros supermercados o herbolarios pero que aquí son baratos. Por ejemplo, tienen tofu 90 céntimos, salsa de soja oscura y clara 1.50 € (yo siempre compro la de Pearl River Bridge y ahora he empezado a comprarlo en envases de 1.8 litros), 500g fideos de arroz 1.40 €, 1 litro leche de coco 2.25 €, brotes de soja 1.00 €.
Aparte de cocina china también tienen ingredientes de cocina filipina (bagong alamang, mamasita, nata de coco), cocina coreana (doenjang, gochujang, gochugaru), cocina vietnamita (Bánh trang) y muchísimo más!
Y no es solo comida, también tienen artilugios como vaporeras de aluminio o bambú, palillos, platos, teteras, y cuchillos.
Hale, a perderse en el laberinto y a descubrir nuevos sabores!

éste es mu super mercado asiático favorito, desde que cerraron el que estaba en la Pantera rosa! Nada más entrar parece muy pequeñito, con solo dos pasillos, pero es igual de grande al otro lado. Me encanta perderme entre las estanterías e intentar averiguar para qué pueden servir algunos de los productos tan originales que tienen! En el pasillo que unen las dos zonas tienen todo tipos de pastelitos y dulces, mis favoritos son las barritas de caramelo con cacahuetes y sésamo. Yum!
Tienen desde frutas enlatadas a todo tipos de noodles, pasando por bebidas alcoholicas curiosas y las típicas vajillas de los restaurantes chinos. De todo!!!
Recomiendo echarle un ojo a la zona de verduritas, que muchas veces tienen productos con super buena pinta a precios guays!

Un supermercado chino como Confucio manda, sí señor.
Y es que cuando acudo a un comercio de este tipo no espero ni una gran limpieza, ni una organización alemana, sino tan sólo una enorme variedad de productos para encontrar lo que necesite para cada uno de mis intentos de cocinar suculentos platos asiáticos. Bueno, eso y que el tendero conozca cuatro palabras básicas para entendernos.
Por lo anterior, Zhong Hua no defrauda. Entre estantes desordenados y cajas mal colocadas puedes encontrar (y además en múltiples sitios) prácticamente todo lo que necesites.
En mi última aventura arramblé con salsa de pescado, salsa de ostra, pasta de tallarines, tallarines, salsa agridulce, leche de coco, vinagre de arroz, nori y unas cuantas cosas más para preparar una noche a de cocina tailandesa. Y todo, a un precio más que asequible (algunos de los productos cuestan en El Corte Inglés hasta cuatro veces más).
Al final, incluso buscar entre los estantes e intentar descubrir qué rayos es cada cosa es divertido. Muy recomendable.

Llevaría siglos y mucha planificación explorar a fondo todos los supermercados chinos de esta zona para determinar cuál tiene la mayor oferta y los mejores precios. En cambio, en los (largos) ratos que puedo pasarme entre sus pasillos, mis ojos no se acostumbran a la acumulación de cosas y mi cabeza no sepa almacenar tanta información, máxime cuando algunos productos no tienen etiqueta en castellano y no sabes si son dulces o salados, crudos o cocinados, animal o cosa, gavilán o paloma.
Así que, a falta de método científico, recomiendo el Zhong Hua por el factor humano. Trabajan aquí dos chicas jóvenes que manejan el castellano con cierta soltura; una de ellas, en especial, se esforzará en ayudarte a encontrar lo que buscas o en explicarte qué es eso tan raro. En comercios de importación cuyo público mayoritario son los propios chinos, estos gestos acogedores son muy de agradecer.