Itv Malpica

Lo de venir a pasar la ITV es toda una odisea si vienes sin cita previa, pero aun así hemos querido venir a hacerlo (me he empeñado, porque así ya está hecha).
Aquí en Malpica hay 3 líneas, pero claro pasan los que tienen hora primero.
Este «impuesto» es una forma de controlar los vehículos y que funcionen de forma segura, de manera que los vehículos q estén en circulación lo hagan en condiciones. Y por supuesto con efecto recaudatorio para nuestro país. Te piden un montón de documentos, seguro incluido (cuando ahora no es obligatorio llevar el recibo).
Me han cobrado 39,81 €, pero antes he hecho una pre-​ITV que me ha costado 100 € con un lijado de faros (porque sino no la pasaba), ayy que dolor.
Lo peor es el rato que pierdes, deberían eliminar venir sin cita, esto es un cachondeo, cuando piensas que ya te toca… entras 3 con cita y así todo el rato…
En fin, que así está organizado y tienes que aguantar o bien ir con cita …

Mira que yo no tengo carnet (no, no tengo) y aún así me parece un poco coñazo esto de la ITV. Las veces que he acompañado a mi chica Verónica G. pues evidentemente es algo que hay que pasar, pero vaya…
Eso sí, ya las últimas veces hemos ido con cita previa, y la verdad se agradece, sobre todo en días y horas de mucha afluencia. Las instalaciones, pues las propias de un lugar así, pero me dan sensación de un poco antiguas y desgastadas. En cuanto al proceso, pues una vez dentro no es largo. Pito por aquí, frene por allá, cortas por aquí, freno de mano por acá…y así hasta comprobar que tu car está listo para devorar km sin descanso.
¿El precio? en nuestro caso turismo gasolina entre 35 – 40 euretes. ¿Justificado? pues oiga, todo sea por la seguridad nuestra y de nuestro compañero de viajes. Eso sí, después de años podían mejorar el audio del pozo, porque cuesta a veces enterarse. ¿Que tal una pantalla con las indicaciones… ahí lo dejo, el año que viene me fijaré.

Lo de la ITV reconozco que es necesario pero es un peñazo del tamaño del asteroide que acabó con los dinosaurios…
Tengo la mala costumbre de no pedir cita previa porque nunca sé si me vendrá bien la hora que finalmente me van a dar, de modo que termino por no pedirla nunca y acabo pagándolo con un buen rato disfrutando de mi grata compañía metida en el coche…
Hoy he pensado… ahammm… miércoles… las 12:00… buena hora para pasar la ITV (buena hora y necesaria porque se me pasaba hoy más que nada) me voy a Malpica que no creo que haya mucha gente… ¡¡¡ERROR!!! pero vamos a ver… ¿a quien se le ocurre pasar la ITV un miércoles de febrero a las 12:00? pues a media Zaragoza por lo visto… habrá que asumir que somos borreguicos predecibles y pensamos todos de la misma forma.
El caso es, que llego, entrego la documentación, hago el pago (¿50 pavos por pitar, mover el volante y poco más? como está la vida, hermano) y me indica la muchacha amablemente y sin mirarme en qué fila tenía que colocarme…
Y de repente ¿sabéis la música de psicosis? pues eso me ha parecido oir al ver la fila… aún no se si era mi cabeza la que la reproducía o los chirridos de los frenos de algún coche pero casi me da un jamacuco… ¡pedazo de fila!
Y ala… a esperar… música, móvil, repasar mentalmente la lista de tareas por hacer hoy… me ha dado tiempo de todo en esa hora y media que he tenido que esperar… si lo hubiera sabido, me podía haber llevado lana para tejerme un jersey… ¡qué rollo! ¡qué desesperación! no soporto pasar el tiempo sin hacer nada… de vez en cuando, entraba un coche y podíamos avanzar dos pasitos más hacia la boca del lobo.
Cuando casi estaba llegando, estaba tan dormida (literalmente) que me he comido un pirindolo naranja y me lo he llevado puesto sin darme cuenta… yo sólo oía un ruido raro hasta que me han echado el alto y han venido a desincrustármelo de los bajos del coche (¡bien por mi! van a pensar que soy la típica tía pava que no sabe conducir… pues vale… qué lo piensen… lo exploto y me hago la pava por si acaso — probadlo de vez en cuando, chicas -).
Llega mi turno, tosa, diga 33, guiñe un ojo, guiñe el otro… y ala… ITV pasada hasta el año que viene… Eso si… el momento que me he tenido que bajar del coche y decirle al técnico que estaba debajo en el pozo… «mira maño, que no te oigo» no ha tenido precio porque hasta él se ha estado partiendo el pecho un rato después del susto inicial… y es que su altavoz ni iba y yo con mi catarrazo tengo bastante mermado el sentido del oido… así que no sabía que tenía que hacer… y eso no, hombre… eso no…
Cómo última frase siempre me gusta decir si volveré o no a este establecimiento pero va a ser que no me va a quedar otra, y al año que viene tendrán que volverme a ver por allí…