Kuky’s Place

Buena comida en una carta sobradamente amplia de hamburguesas, perritos, entrantes, postres, cervezas…, excelente ambientación… Calidad y servicio destacables, aunque el precio no es barato.

Le doy 5 estrellas ya solamente por la música que suena nada más entrar… Y por la comida y las camareras. No necesariamente en ese orden :) Al principio tengo que decir que tardaron un poco, pero es un lugar pequeño y acogedor, por lo que se les puede pasar muy por alto ese detalle. Y oye, en peores sitios nos hacen esperar sin razón alguna. La calidad de la carne de las hamburguesas me parece bestial y sus entrantes están muy ricos, además de la variada carta de cervezas. Y repito, la camareras son muy simpáticas y eso se agradece. No se si mi puntuación esta influenciada por los ritmos de Elvis y The Boss que sonaban, pero es mi opinión y lo recomiendo al 100%. Se echan de menos restaurantes que nos transporten a USA de vez en cuando y más si adoras ese estilo.

Estuve cenando hace un par de noches con un grupo de amigos. Nada más llegar el sitio me pareció muy chulo, todo decorado estilo americano y muy amplio. Tardaron un poco en darnos la mesa, y tardaron muchísimo en venir a tomarnos nota… La camarera me pareció amable y correcta pero hubo un fallo enorme. Todos pedimos hamburguesa ya que tienen buena fama y la verdad es que estarían riquísimas sino fuera por el pan. Un desastre que te sirvan las hamburguesas con pan de leche, dulce… y lo peor de todo, que no nos avisarán. Yo le dije a la camarera que si me podía cambiar el pan que no me gustaba y me dijo que no… le volví a insistir porque no me gusta para nada además soy intolerante a la lactosa. Al final conseguí que me pusieran la hamburguesa en pan de molde tostado, mejoró mucho, pero tuve que esperar unos 15 minutos más para poder cenar. Son hamburguesas que cuestan unos 8 €, baratas no son… como para que comentan el error del pan dulce. Me pareció fatal el detalle, si se les había terminado el pan lo normal es que lo hubieran avisado.

increiblemente bueno, nos pedimos alitas picantes y fingers de mozzarela, buenismos, las hamburguesas la notorius big triple hamburguesa buenisima carne y la blus brothers era doble igual de buena el unico fallo el pan, de postre un gorila maguila helado de fresa vainilla y chocó con platano y nata increible y el 101 dalmatas tambien de lujo y un batido de cookis a medias k ers muy rico, la decoración sencilla pero me transporto a mis años mas joven y buena musica, tengo 30 años y disfrute, kizas un poco caro pero si miras todo lo que comimos y el buen servicio, las chicas muy guapas y simpaticas, merece la pena volver, quizas otro inconveniente es un poco escondido el lugar pero el gps nos llevo enseguida.

Tenia muchas ganas de visitar este restaurante. Es entrar en el y te transportas a un restaurante americano con decoración que te transporta a los 80’s y 90’s, y te trae recuerdos y tu infancia y adolescencia.
Las burguers están riquisimas, la verdad que para mi de lo mejor de Zaragoza, y su presentación en la típica canastilla roja americana es lo más.
También probamos los postres, y me decante por la típica «American Apple pie», me la dieron calentita y estaba de muerte.
Sin duda un lugar para visitar, pero no olvides hacer reserva, ya que nos fines de semana esta lleno, y te quedas fuera.

El sitio está muy logrado, ambientado en el rollo bar americano de los 70´s. Además las camareras (muy amables) ayudan a su toque de autenticidad. Ojo que a veces el tiempo de espera se alarga muchísimo. Lo único que a mi el local me resulta frio. Eso si, en verano tienen una terraza muy interesante.
La joya de estos lugares se supone que debería ser sus hamburguesas pero en mi opinión las de aquí se quedan un poco justicas, 6/​10, lo que sería un BIEN en las notas del cole de toda la vida. La carne me resulta buena, quizás con un sabor fuerte que puede ser que no guste a todo el mundo. Para mi el principal problema es el pan, no tiene una buena consistencia, resulta un poco chicloso y da un toque dulce inapropiado. Falla también en la presentación, se suelen desmontar y ya llegan a la mesa bailadas. Vienen con una buena ración de patatas.
Los entrantes suelen ser fritos. Ningún misterio. Quizás lo mejor sus alitas con el toque picante. Los nachos decente pero pro 9 € que cobran deberían de elevarte al cielo.
Lo mejor son los postres. Tanto que diría que es la única razón que me hace volver esporádicamente. Muy dulzones pero a uno es lo que le va. Tienes 6 o 7 tartas a elegir que te hacen dudar. Alguna es casera y va cambiando, seguro que aciertas.
Los precios son excesivos para lo que dan, creo que deberían ser un 25% más bajos para ser justos.
Resumen, un sitio para pasar de vez en cuando pero no creo que fidelice a mucha gente.

Habia oído hablar muy bien de este nuevo restaurante americano y no pude resistirme en mi búsqueda de la hamburguesa perfecta.
Situado junto a uno de los restaurantes más conocidos de Zaragoza, el chalet, ocupa la casa contigua éste. Nada más entrar, la decoración te transporta a una cafetería americana de los años 50’s… las banquetas, la barra, las pinturas, la música…
El restaurante cuenta con dos salas, una el restaurante en sí, y otra, un antiguo invernadero reconvertido en sala (tranquilos porque frío no se pasa…).
La carta tiene muy buena pinta (ya he ido dos veces y estoy deseando volver para meterles caña a los sandwich) y todos los platos tienen nombres divertidos…
Las hamburguesas son un espectáculo: artesanas, de carne jugosona de calidad con buenos acompañamientos, con un punto perfecto y un pan en condiciones.
También hay entrantes y los clásicos combos para compartir (el que lleva salchichas rebozadas, palitos de mozarella y aros de cebolla con salsas y los jalapeños rellenos de queso están espectaculares para cerdear un poco)
Tienes la opción de solicitar por poco más, el refill de la bebida (lo cual merece bastante la pena).
Vamos… un lugar para repetir y repetir y repetir…