Es un bar pequeño, no hay mucho que decir en comparación con los bares más antaños y más grandes que se pueden referenciar en la zona, pero aquí es fijo que te la pasas bien por cómo te tratan y qué es lo que te venden. Llegas y de inmediato te ofrecen las promociones que tienen, pueden ser desde platillos de conejo asado hasta antojitos mexicanos, junto con algo de beber, como cerveza o tragos para acompañar tu platillo y degustarlo como debe de ser. Puedes pedir la carta para saber qué hay de beber o de comer. Me gusta venir aquí porque el servicio es muy bueno. Uno puede pedir las canciones que más le gusten sin problema y lo mejor es que no hay reproches. Los meseros aquí se portan súper amables por lo que no hay problema en cuanto a lo que consumas, pues no hay cobro extra. Eso es lo bueno.