Cocos

¡Acapulco in da streets!
Hace unos años llegó el boom de aguas de coco que ofrecían súper heladas en los crucen de avenidas principales donde se colapsaba el tráfico. Todos muy emocionados nos volvimos fans y siempre comprábamos nuestra agüita para pasar el rato sin estresarnos, nos volvimos fans… ¡y diabéticos!
Estas mentadas aguas no eran más que mililitros de verdadera agua de coco, con agua en demasía y azúcar a lo bruto, ¡ah, sí!, y harto hielo. Si de por sí ya eran malas, poco a poco bajaron su calidad hasta el punto en que no sabías ya si había coco en la fórmula o simple agua y azúcar.
Bueno pues después de la engordadera en la colonia, se retiraron y regresaron más naturales: ahora venden sólo el agüita que trae el coco con su popote, carne de coco con chilito y limón, y recuperaron nuestra confianza en sus productos. Ya ven que cuando uno se pone «greedy», le sale el tiro por la culata.