A todos nos ha pasado que cuando estamos en el momento más atareado y estresante de nuestro día, de repente en el trabajo te piden de urgencia un terminar de editar un archivo que llevas trabajando desde hace mil años, y es un momento tan denso que hasta te llama tu jefe para decirte que le urge ese archivo para mañana y que lo tengas listo. Pues les cuento de mi mala suerte. Justo ese día por la mañana una compañera del trabajo me había pedido prestada la laptop por un segundo para imprimir un archivo, yo confiado de que el antivirus había analizado la memoria usb dejé que ella trabajara, luego yo confiado seguí trabajando y sentí un poco lenta la laptop pero hice caso omiso, salí del trabajo y tenia diligencias por hacer que me duraría toda la tarde y parte de la noche; ya por fin en casa me dispuse a adelantar el trabajo del día siguiente y complacer la petición de mi jefe, cuando de repente la computadora se atora y se reinicia, pensé que era porque estaba cansada pero de reiniciarse no pasaba… malditas leyes de Murphy. A partir de ese momento fue cuando entré en desesperación pues no me dejaba abrir mis carpetas de archivos, así que le hable al cuñado de una amiga que es ingeniero en sistemas y me explicó que probablemente sería un virus, casi me jalaba de los pelos, pero recordé que cerca de mi trabajo había un lugar donde se reparaban celulares y computadoras, así que prendí el auto y me fui veloz esperando que el lugar no haya cerrado por la hora, creo que mi karma no era tan malo, porque dicho y hecho, el lugar seguía abierto a las 9 de la noche. El joven que me atendió muy amablemente me explicó el procedimiento y me dijo que como era en calidad de urgencia me devolvería sin fallo a las nueve de la mañana justo media hora antes de mi entrada al trabajo así que acepte, para luego hablar con mi jefe y explicarle lo sucedido, además de pedir una prórroga para el medio día. Al chavo que me atención le di un anticipo del trabajo, el cual fue muy económico.