¡Les tengo que contar de este bar, porque fue el mejor descubrimiento de lo que va del año! Fui anoche con unos amigos para tomar una chela y platicar un rato, y desde que entramos nos enganchó completamente. Es como si entraras en un vórtice espacio temporal que te lleva a los años 70 en Acapulco o alguna bahía del pacífico. El lugar está ténuemente iluminado y resalta unas luces néón verde con el nombre«Laura» super enigmático y oldy. Las sillas y mesas tienen un aire de oficina, pero tambien tienen ese toque vintage auténtico, o sea, como que no necesitaron pensarlo mucho, nomás pusieron las sillas y el tiempo se encargó de hacerlas vintage. Y para rematar, tienen una caja registradora super oldy, de esas que hacen«Clinn» cuando las abren. Me robó el corazón, de verdad. Pero lo que te roba la atención en todo el bar es el precioso mural con el paisaje de una playa paradisíaca, con palmeritas y toda la cosa, y una tarima donde de verdad parece que en cualquier momento saldrá José José a cantar El triste como en el festival OTI. Es imposible no ponerse en el papel de mujerones y señorones setenteros y ponerle música a la rockolla que además tiene karaōke para que interpretes los éxitos de Juanga, José José, Vicente Fernández, y otros ídolos de la canción mexicana. Ahhhh, qué hermoso lugar, después de desgarrar nuestra garganta con Pimpinela y Yuri, salimos rejuvenecidos a la fresca noche de Mérida, sintiéndonos unas divas del escenario.
Nidiviney S.
Évaluation du lieu : 5 Mérida, México
Definitivamente si algún día debo hacer un top de lugares de los cuales disfruté escribir una reseña el chuby bar tendría un lugar muy especial en ese conteo. Me encantó conocerlo, es el lugar que te hace sentir en el lugar que prefieras. Justo cuando entré lo primero que vi fue la playa, es real, lo juro, la playa en ese lugar está más cerca de lo que crees, justo a tu derecha, una palmera, el mar azul como si estuvieran en el caribe, arenas blanca y mesitas con sillitas al estilo centro nocturno de los 70’s a los que iba Mauricio Garcés, averiguaré quien pintó ese gran mural de estampa caribeña y le daré las gracias por esa vista mientras te tomas una cerveza bien fría en medio de un martes de trabajo como cualquier otro. No quiero que piensen que bebo en mis horas laborales, es para como están las cosas una chela y botana es el almuerzo de muchos que practicamos el hedonismo cada vez que se puede. Debo decirles que además de la estampa del mar también hay como una especie de escenario donde pareciera que en cualquier momento el príncipe de la canción aparecerá a cantar, pero no, ese escenario está ahí para cualquiera de nosotros que quiera echarse un palomazo, hasta tienen una guitarra a tu disposición para ello. La atención es de lujo es señor de la barra tienen una voz muy curiosa, y la señora que te trae tu botana te alburea y se bromea cada que te asienta un plato, en cuanto a la botana es buena, kibis, frijoles, chicharrón, verdura cocidas, los clásicos de ayer y hoy, en cuanto a precio normal, nada del otro mundo, y la cereza del pastel que ya con esto me ganan para siempre, tienen una rockola, en donde además de canciones y videos también hay karaōke, para eso del palomazo.