Jakas’s

Tengo al perro más lindo del universo, es un Golden y se llama Duque (mi amor), lo que tiene de bonito lo tiene de terrible, es por ello que ir al veterinario es una visita que no ha evitado. Cuando estaba pequeñito corría tras un gato, se lastimó la pata, me tocó cuidarlo todas las noches y fueron muchas.
Yo no sé qué pasa con el, tal vez ni el «encantador de perros» pueda con Duque, le tuvieron que costurar la pierna pero no le importó seguía corriendo y brincando todo el día, es muy valiente por eso lo amo, pero neta que es terco de verdad.
Otras veces los hemos llevado por sus vacunas, otras porque se lastima el pie, otras para bañarlo y la última porque se lastimó el ojo, les digo que es terrible. El veterinario Aarón, el propietario del lugar es de lo más amable y su atención es muy profesional, gracias a él es que el terrible Duque sigue haciendo de las suyas.
Si de tu mascota casi hijo se trata es mejor llevarlo a un lugar en donde sabes que lo atenderán como a alguien de la familia, no es nada barato pero más vale tener la seguridad de que regresara con bien a su casita.
¡La veterinaria cierra pero el veterinario Aarón atiende las 24 horas!