Mi madre que es una religiosa a su manera, cumple perfectamente con la cuaresma, y por eso siempre anda buscando desde un mes antes de la cuaresma, opciones para comprar comida, comprar porque como es bien ocupada mi santa madre, nunca tiene tiempo para cocinar, es una guerrera, se la pasa trabajando mi linda madre. Fue en una de esas vueltas buscando algo qué comer el primer viernes de cuaresma, que dimos con esta pescadería, muy cerca de su casa y, desde que la conocí, de mi corazón. Puedo decir que pocos lugares me gustan para comer pescado fuera de la playa, quizá es porque no confío ni en la frescura del producto o en el modo de cocinarlo, pero aquí en la RIBERA sabes de las dos cosas, porque además de ser sabrosicérrimo, es súper fresco, incluso lo raro es que huele a comida preparada y no a pescado. Al estar ubicada en el norte de Mérida, pero en una callecita medio escondida, La Ribera cuenta con sus clientes fijos que desfilan en sus carrazos, pero con la humildad de quien comprar comida porque es deliciosa, punto. La ribera ofrece varios pescados, y mariscos, y además de que te los venden fritos y en postas, además de sus deliciosos ceviches y cocteles, tienen un menú fijo de comida preparada. La verdad es que yo me esperaba que fuera mucho más caro, pero en realidad es accesible, eso sí, no esperes que te traten como al rey tutankamón, porque en eso sí que fallan un poquito, lo que a mí en particular me pone un poquito mal, pero ya que estuve en mi casa con un plato de pescado frito con tortillas súper caliente y con mi ceviche de pulpo, todo se me olvidó. El lugar está un poco escondido, pero seguro que lo encuentras muy fácil, la gran referencia es el centrito. Te recomiendo que llegues un poco antes de la una, que es cuando la gente aparece en manada, y tienes que hacer una cola enorme. Vale la pena disfrutar de este delicioso pesacadito para la cuaresma o para cualquier época del año, ojo abren de miércoles a sábado.