Mariscos y refrescos

Veinte años después desde aquella primera vez que estas personas asentaron una mesa para vender mariscos me vengo a enterar de su sabrosa existencia, en la 65 justo enfrente del centro de salud, vi que parase un automóvil de alto calibre se baje rápidamente el conductor, compre dos bolsas que a distancia no reconocí, se suba a su auto y se vaya.
Un domingo cualquiera que sabes que tu equipo juega al medio día, de cajón tienes que lazarte por algo de beber y ya sobre esas, piensas en que vas a picar durante el juego, yo suelo comprar unos aguacates, tomate y cebolla para armarme un guacomolazo, algo de carne, pollo o salchicha, para asar, esa suele ser la tirada para el domingo, pero hoy fue algo más tropical.
Había salido a comprar una jarra y algunos utensilios de cocina sin saber que mis domingos cambiarían para siempre, estando sobre la 65 me fije del acontecimiento del automóvil, y me asome a ver que había comprado, en una mesa, había pulpo, camarón, caracol, chivita y pescado, todo se veía fresco y sabroso, y note suficiente movimiento, observe unos segundos pregunte por los precios, de una bolsa de camarones que me estaban guiñando el ojo, me dijeron $ 120 el kilo y lo demás es historia… excelente botana para tremendo partido.

Oh, sí. Sólo hay una cosa mejor que mariscos: mariscos y refrescos. ¡Así que el genio que expandió su rubro en este puestecito por la casa del pueblo le dio justo al clavo!
Mi familia es super fan de los camarones miniatura, de esos que traen desde Celestún, ¿sí tienen la imagen? Son unos camarones micro con los que el ceviche queda super bien y mientras más chiquitos, más deliciosos. Antiguamente nos lo llevaba una señora hasta la puerta de la casa, y todos éramos muy felices, con mariscos fresquitos de primer nivel, hasta que por alguna razón la señora dejó de comprar y nos quedamos sin esos camarones tan apreciados por todos nosotros.
Fue entonces que encontramos esta marisquería. Aquí encontramos de esos camarones, además de otros mariscos frescos como pulpo o chivitas y pescados de la mejor calidad. ¡Ahh, claro! Y refrescos. No olviden los refrescos.
Detrás de la fachada azul encuentras los frutos del mar listos para llevarlos a la casa y darle tu propio sazón. A un lado del lugar, tienen una pared decorada con caracoles y conchitas que le da un toque muy coqueto a toda la calle.