Lo que odio de los lunes es que la mayoría de los restaurantes que me gustan están cerrados. Salí tarde del trabajo, tenía hambre y pues invité a un amigo a cenar algo ligero y aprovechar para platicar. Pedimos un Bull(cerveza, ron, limón) delicioso, las bebidas son muy buenas y heladas! Luego para compartir(porque realmente alcanza para dos personas y sobra) pedimos una ensalada boneless búfalo y un flat bread Marguerita que es como una pizza pero rectangular, tiene tomate, queso mozarella, aderezo de cilantro y en verdad está muy rico. La música, el ambiente está perfecto, el ÚNICO inconveniente es que a pesar de que los meseros y toda la gente son súper amables, son muy guardados en dar la atención, te llevan el menú y pasados los 15 min te recogen la orden, después de 20 min te llevan el primer plato, etc. No sé si es parte de la filosofía de la empresa, porque he ido a otros Chilis y es lo mismo. Es un lugar caro, así que no es para ir todos los días.