BARBACOA “LAS CORONELAS”

Es un lugar para llevar a la familia los domingos. Realmente no es para los muy exigentes pues a veces pueden tardar mucho en atenderte y, si no corres suerte, la comida puede venir helada.
Lo mejor (si llega caliente) es el consomé. Sólo valdríà la pena ir allí por este platillo. La barbacoa no es mala, pues sabe a que realmente es de horno y penca de maguey, tiene ese ligero ahumado inconfundible.
Lo que sí es que para el servicio, el precio está un poco por arriba de lo esperado, no se ubica en restaurante popular pero tampoco es algo donde te quedes sin quincena. La decoración es muy sobria, casi llegando al simplismo, aunque con ese consomé levanta muertos, a veces no hace falta más.

La barbacoa es un platillo típico de la comida mexicana, existen muchas historias sobre el origen de la barbacoa, y también diversas formas en que se preparan. Son pocos los lugares como este en donde puedes disfrutar de una verdadera barbacoa al horno. La clave para cocinar una exquisita barbacoa es un buen borrego y pencas de maguey en las que se envuelve la carne. Aquí comienza el ritual que nos conecta con nuestro pasado. El horno se calienta con leña de encino, cuando está listo, se coloca sobre las brasas un recipiente. Enseguida se mete la carne, se cubre con las pencas sin olvidar la panza.
La decoración de este lugar le da un toque especial a la esencia de la carne de barbacoa. Recomiendo mucho el consomé para acompañar este delicioso platillo, ya que una barbacoa sin consomé, es como dicen, unas papas sin catsup, nunca puede faltar.

Si estás buscando una barbacoa de horno pero que no sea un puesto en la calle, entonces Las Coronelas es una opción para ti. Ubicado sobre Obrero Mundial, a unas cuadras de Eje Central, en la colonia Álamos, hay un enorme establecimiento que vende barbacoa de horno de piedra, un delicioso caldo (que en mi opinión es más rico que la barbacoa) y tortillas de masa azul hechas a mano.
El lugar tiene una decoración muy particular, pues parece más un restaurante de cortes que de carne de borrego, el «estacionamiento» es la banqueta frontal de lugar y en la entrada tiene mucho aserrín, detalle que me genera un poco de desconfianza pues está todo el día ahí en el piso y si hace aire puede volar hacia tu comida. El servicio es un tanto lento, aún cuando no tienen gente y los precios son algo elevados. Vamos, no es lo peor que me ha pasado, pero tampoco es un lugar que recomendaría a los fervientes amantes de la barbacoa.