Pues la niña se compró una lámpara de escritorio vintage en la Lagunilla. Feliz ella después se dio cuenta, a los varios meses, que no necesariamente encuentra el foco que le queda en cualquier ferretería o tienda. De hecho tengo el que compré en su mesa por ahí arrumbado. Caminando por el centro me fui de local en local preguntando si tenían un foco como ese, lo mostraba en mi mano. Me recomendaron ve a Victoria 63. Llegué y sí y ahí lo tenían por sólo 40 pesos. Una bombilla como de las viejitas donde puedes ver las venas del bulbo, o como se diga. El lugar estaba lleno, todos fuimos atendidos con rapidez y amabilidad. En el momento que lo pides te lo muestran y ahí mismo lo prueban para que compruebes que sí sirve. Tienen un sistema old school –como varios locales en el centro– que al estar tan bien cuidado te dan ganas de que todo el centro se hubiera quedado así. Ya sé que terminaré yendo cada vez que caduque este nuevo foco, pues ya no hay pierde.