Llegué por una pancita, pero solo la hacen sábados y domingos, así que me ofrecieron un rico pozole el cual se me antojó. Yo tenía que matar el hambre y el tiempo mientras verificaban mi carro. Un lugar pequeño, pero con gran variedad de alimentos que ofrecen, cosa que se agradece, pues así ya no tienes que andar del tingo al tango buscando que comer. Te atienden bien, pues me sirvieron, dijera mi mamá una alberca de pozole, digo, si tenia un poco de hambre pero no se trataba de no comer en dos semanas, bueno, ya le puse sus hierbas correspondientes, su carnita surtida, sí con gordos, lo más rico y pedí un café. Pero antes de decidirme por un pozole, me ofrecieron, tostadas, molletes, hamburguesas, enchiladas, chilaquiles etc, así que bueno, tendré que regresar un fin de semana para poder empacarme una pancita y ya luego les diré que tal está. Bueno, ya saben, andan en la Anáhuac o mejor conocida como la Santa Julia, pos cáiganle aquí que es buen opción por poco varo.