Elotes La Ramos

Una de las mejores experiencias que podemos conocer los ciudadanos de a pie es encontrarte en medio de una actividad y localizar por accidente un puesto, que a priori es genérico como cualquier otro, pero a posteriori, cuando el hambre y la curiosidad te matan, es único e irrepetible. Desde luego que no hablamos de un «concepto» de negocio, simplemente es la austeridad como venta y recepción. Elotes la Ramos es eso, un puesto que se pone diario, con una mesa, un fogón, una olla, queso y tajin, elotes enteros y esquites. Y es delicioso.
La «Doña», como todos le dicen, es amable, veloz y parece que con mirarte de reojo mientras trabaja, explora tu grado de satisfacción o frustración, porque enseguida acierta en prepararte el elote. A unos se los da con menos chile, a otros con más mayonesa, a otros ligeros, ¿Asombroso no? Nunca defrauda, es una mujer de una sola pieza, demostrando que el lenguaje radica en la dedicación y no tanto en las palabras.