Espacio Escultórico

Easily the coolest place I stumbled upon while visiting CDMX. A little hidden park (more like a jungle) full of lizards, cacti and gorgeous sculptures. Check it out before Western media outlets send the hordes!

On a recent trip to Mexico City I visited the Sculptural Space at UNAM (National Autonomous University of Mexico). Proposed by sculptor Federico Silva in 1979, it is one of a series of 7 public sculpture’s dedicated to ecology and art, and built on campus by artists from the University. Referencing pre-​Hispanic culture and the aesthetics of nearby ceremonial sites such as the pyramids at Teotihuacan, this site specific work exists in harmony with its surrounding landscape and calls to a time in history when place was honored.
The walk to the site requires traversing a long path surrounded by a muted palette of desert flora — fields of tall dry grass sprinkled with bundles of cacti, pink desert flowers, and jagged rocky outcrops. At one point the concrete path became a grid of symbols resembling an ancient, or even extraterrestrial, form of communication. Upon arrival at the sculpture, I was confronted with a wall of 64 massive slabs of rock in a circular formation, 120 ft in diameter. I noticed people, mostly pairs, perched on the tips of some of these structures. The grand presence of these outcrops had a dwarfing effect while simultaneously offering an invitation to slip inbetween the slabs revealing an open field of jagged, black, petrified lava on the other side. There is a circular walking path lining the inset (slightly lunar) landscape but I chose to climb down into it and head to the center. From inside, the geometric ring of rocks frame the sculptural space and act as protectors, while also producing a kind of amphitheater effect.
Unlike many public monuments which often feel indifferent to their degree of engagement with the viewer, Sculpture Space felt like a democratic and inviting public space, ripe for meditation, public interaction, and activation. It felt sacred. Like a celebration of place, history and ecological diversity that spoke to the institutions dedication to art… or so I initially thought. The view from the center offers a 360º horizon of sky and surrounding mountains with one jarring exception — a disruptive, stark white building towering in the east and ultimately poisoning the entire experience. Upon further research it’s revealed that this is a recently built faculty building for the Political and Social Sciences program at UNAM, which immediately strikes me as an institutional contradiction. The fact that a program within the institution which studies anthropology and archeology would build a structure that disrespects, and ultimately destroys, a monument that is dedicated to their cultural heritage, seems rather outrageous. And it appears as though the art and student community in Mexico City agrees.
Earlier this month a petition started circulating demanding that the top 4 floors of the building be removed in order to return the Sculpture Space to it’s original state. A demostration led by hundreds of artists and representatives from the university community took place spurring a lot of media attention and resulting in the formation of a committee of architects, artists, environmentalists, and researchers dedicated to addressing the issue.
What began as a symbol of cultural heritage, celebration of place, and public engagement, has shifted to a conversation around institutional critique and politics. Here’s to hoping the institution can make the changes necessary to honor it’s past dedication to the integrity of the art.

Breathtaking, beautiful, historic, positive energy, nature loving and Free every single day even for foreign tourist!!! it’s an untouched lava garden encircled by giant prisms.

A este espacio he asistido en numerosas ocasiones, y con numerosas finalidades: he ido a caminar con mi novia, en los verdes prados; a retratar y retratarnos en la infinidad de formas que hay de subirse a las esculturas monumentales de piedra o de metal; he ido a platicar simplemente con alguna amiga, arriba de una de las grandes piedras triangulares que rodean un enorme hueco circular lleno de piedra volcánica; he ido a comer, a tirarme en el pasto, a admirar las figuras de colores que se elevan hermosas sobre el espacio escarpado, sobre el pasto o entre las rocas; he ido a explorar el lugar con varios amigos.
Ya sea una instalación de enormes placas rojas de metal ensambladas en una figura geométrica, una hilera de cuadros metálicos de colores que simulan movimiento, una puntiaguda pirámide rosa que apunta al cielo, un insecto o un ave gigantesco de piedra gris; estas piezas embellecen un cuidado sitio lleno de árboles y construcciones académicas, por el cual siempre vale la pena pasar, o permanecer.

No se puede ser Puma si uno no hubo ido alguna vez al espacio Escultórico de Ciudad Universitaria. Fascinante girasol en cuyo centro yace piedra volcánica. Es un lugar que ha de imponer cuando se le ve desde el cielo si vas en un helicóptero, o a unos 100 metros por encima de ella si lo haces en Google maps. ¿Has subido a unas de las rampas que trazan a esa enorme circunferencia volcánica? ¿Recuerdas lo que sentiste? Sino has ido, vamos. Es un enorme oasis de tranquilidad y uno no deja sentirse más estable cuando asciende desde este portento.

Este es uno de los secretos mejores guardados de la UNAM. Muchos conocen el centro cultural aledaño sin imaginar que a unos cuantos pasos, hay un lugar extraño e hipnótico sitio donde lo único que hay es silencio y rocas de lava volcánica. Lo que todo el mundo debe hacer allí es subir a una de las esculturas piramidales que rodean esa jardín de roca y mirar tan lejos como le permita el smog ese día. Incluso si la visibilidad es nula, dominar un atardecer desde allí arriba puede hacer de un domingo cualquiera algo inolvidable.
Este lugar nació de la propuesta del escultor Federico Silva a finales de los setentas. Sus creadores querían conjugar arte y paisaje ecológico por lo que encapsularon este mar de lava petrificada en un círculo rodeado por 64 esculturas. Hay que llevar tenis y muchas ganas de perderse detrás de cada roca.

La serpiente del espacio escultórico de la UNAM es una muralla que está construida en ese espacio, y aunque es el lugar favorito para muchos perros que andan paseando por ahí con sus dueños, es una contrucción importannte.
Puedes recorrerla con libertad desde arriba de ella, y es peligroso, pero ¿qué no lo es? lo cierto es que desde ahí tienes una imponente vista de la Universidad así como de todas las esculturas que la rodean.

Un lugar que, sin duda, la gente debe visitar. Si tienes algún amigo extranjero o que no ha visitado este sitio, es bueno que lo lleves a conocerlo, pues aunque a simple vista puede parecer algo muy simple, ya que estás ahí sientes una paz increíble, fuerza y admiras la belleza del espacio.
Definitivamente, es idóneo si buscas un lugar dónde poner en orden tus pensamientos, escribir o pintar. Yo recomiendo ir solo, pues la experiencia es distinta.
El espacio es una comunión entre naturaleza y arte, uno de los símbolos de la UNAM. Este círculo, rodeado de grandes bloques rectangulares, tiene en su seno piedra volcánica. Puedes explorarlo, pero sí debes llevar al menos tenis para que puedas brincar de piedra en piedra sin problema.
La forma más rápida de llegar es por Insurgentes o en el metro Universidad tomas el transporte interno de la UNAM (pumabús) que sea ruta 3 y ahí te deja.

Además de ser un lugar histórico, cultural y altamente representativo de la UNAM, seamos realistas, en el Espacio Escultórico se ve a estudiantes ingiriendo bebidas alcohólicas o fumando sustancias hasta ahora ilegales.
Y no los juzgo, el sitio se presta para muchas cosas debido a su tranquilidad y que está aparentemente solitario, si no, ve a las parejitas que de repente salen de la maleza.
En fines de semana se pueden ver deportistas, familias y turistas conociendo el área verde y las obras artísticas, que también son aprovechadas para una buena sesión de fotos.

Nuestra ciudad en verdad que asombra.
Ahora que hago el recuento de mis lugares favoritos no dejo de sorprenderme de la variedad de sitios que existen. Uno de ellos es el espacio escultórico.
Éste pertenece a la UNAM y se encuentra dentro de sus grandes instalaciones.
La UNAM (Universidad Autónoma de México) es una de las más reconocidas a nivel mundial tanto en perfil académico como en sus lindos edificios este lugar es una especie de «templo» desde mi punto de vista, ya que está apartado de las demás construcciones. Es una especie de parquesito al que puedes ingresar y caminar o sentarte simplemente a meditar o escribir. Ha sido lugar de inspiración para diferentes escritores y motivo de estudio para catedráticos.
El espacio escultórico representa un acotencimiento artístico colectivo en el que participaron Federico Silva, Mathias Goeritz, Helen Escobedo, Manuel Felguérez, Hersúa y Sebastián.
Es un gran círculo conformado por una especie de triángulos de concreto a los que te puedes subir y una fosa al centro repleta de piedras volcánicas. La circunvalación entre uno y otro es de tezontle molido dando contrastes también de color que se integran a la naturaleza del lugar.
Hay mucha información al respecto mucho más detallada en cuanto a arte, estética, simbolismos que si te interesa puedes encontrar facilmente.

Un fragmento de lava del Xitle fue el basamento para la urbanización de San Ángel por parte del Arquitecto Luis Barragán.
Juntó con el vino Ciudad Universitaria con el fin de aumentar la capacidad de atención a los alumnos de la Universidad y desahogar el Centro Histórico. Se hizo la reserva ecológica y se conservó el ambiente cuanto se pudo.
Solían brotar manantiales y formarse charcas en las que los habitantes aledaños venían a descansar, tomar el sol y pasar un domingo en el campo.
Esa sensación de alejamiento y distancia es sólo posible visitando el espacio escultórico. Intervenido con obras de grandes dimenciones, todavía conserva el entorno agreste de pastizales áridos de mesoamérica, del campo. Aquí también e trata de paseos, de tomar el sol, de pasar un rato alejados de la ciudad y el ruido. Aveces se escucha el silencio.
Está la ventaja de poder recorrer y disfrutar de la vista de algunas obras de escultura situadas en un suelo antiguo. Es como las formas emergieran como diferentes especies de hongos, espontáneos y breves, después de una lluvia. Así me parecen algunas de estas cosas. Es un rincón padre en Ciudad Universitaria.

Es difícil hablar de lo que significa el Espacio Escultórico y resumirlo en una reseña. Durante mi época de estudiante, recorrí más veces este lugar que los pasillos de mi facultad, aprendiendo cosas más importantes, seguramente. El área, que es enorme, conjuga el espació natural y silvestre con el geometrísmo estético plasmado en obras de seis artistas: Manuel Felguérez, Federico Silva, Sebastian, Hersúa, Helen Escobedo y Mathias Goeritz. Todo buen universitario conoce este lugar desde todas sus esquinas y ha admirado el paisaje, que se logra estando parado en el punto más alto de Las Serpientes del Pedregal o desde el llamado «Cenicero» (que en realidad es una representación de la imagen cósmica circular que prevalecía en la época prehispánica).
Se encuentra entre le Centro Cultural Universitario y el Instituto de Investigaciones Estéticas; lamentablemente, cercado y con un horario que no te permite permanecer en el sitio más allá de las seis de la tarde, como medida de seguridad aplicada desde que comenzó la administración de José Narro.
La ruta es un poco difícil, por lo que te recomiendo ir preparado con ropa cómoda para ir a trepar, brincar y resbalar. No miento, amo este lugar.