Ex templo de San Lázaro

No soy fan de los Rolling Stones, pero cuando me enteré que en el 94 realizaron una sesión de fotos en el Extemplo de San Lázaro, además de rodar el video «I Go Wild», la curiosidad me obligó a conocer el lugar.
La iglesia está en las orillas del Centro Histórico, cerca entre el metro Merced y San Lázaro. Más que un templo, parece una fortaleza. Fue construida algunos años después de la conquista por orden de Hernán Cortés. El conquistador tenía miedo de que los indígenas se sublevaran cualquier día y necesitaba un refugio para proteger a los ya miles de gachupines que habían arribado a la Nueva España.
Hoy, el inmueble le pertenece al INBA y es considerado patrimonio nacional. Por desgracia el acceso al público es restringido. Para lograr entrar hay que enfrentarse a una serie trámites burocráticos y convertirse en un dolor de muelas para todas las secretarias y burócratas que intentarán impedirlo. Así fue como yo logré entrar, hace unos años. Adentro, hay que decirlo, no hay nada espectacular: cristales rotos, basura, paredes cascadas, obras de albañilería sin terminar y mucho polvo que se levanta del piso a cada paso. Sin embargo, es imposible sentirse decepcionado. Pensar que Mick Jagger hace dos décadas pisó esas mismas ruinas dota al sitio de encanto. Quiero que me entiendan: The Rolling Stones tocaron allí adentro, respiraron ese mismo aire viciado; estas paredes derruidas recogieron la voz de Jagger, tal vez Keith Richards se fumó un cigarro en algún rincón. Algo debe quedar de ellos allí adentro.
Y no, no soy fan de los Stones.