Karaoke Oye Mi Canto

Compañía mala, lugar decadente, el servicio malo y las bebidas… Bueno, ¿qué puedo decir de eso que tienen la desfachatez de llamar «litros de Vodka» o de cualquier otro licor que ahí ofrecen? Es un antro que se ubica a unos pasos del Circuito Interior y es un karaōke cutre llamado Oye Mi Canto.
Primero que nada, si fuí a semejante tugurio fue por que de plano no había mucho que hacer aquél viernes de Octubre de hace 3 años, además, con quien iba en aquella ocasión era gente que de plano no sabía de sitios para chelear y se les hizo atractivo al verlo desde afuera. Ya adentro, la cerveza te la venden cara como las perlas de la vírgen y está más rebajada que la reputación de la Selección Nacional, te la sirven casi caliente y el servicio por parte de quienes te atienden es malo como el puerco en vigilia.
De lo que destaco del playlist de este Karaōke es que al menos tenía a José José, mi favorito para cantar independientemente de que tenga o unas copas encima, pero de ahí en fuera la selección musical era limitada como las facultades mentales de Forrest Gump. Si hay lugares de la ciudad a los que no volveré en mi vida, este encabeza la lista por múltiples motivos, si ustedes gustan conocerlo, háganlo bajo su propio riesgo, aquí solo hago la advertencia para que se alejen lo más posible.