La Casa de los Botones

Pocas cosas provocan tanta rabia como percatarte que –justo antes de salir, con la prisa encima– le falta un botón a la camisa que te estás poniendo. He visto a padres de familia, amigas, novias y familiares perder la compostura en momentos así; no son pocos los matrimonios que han terminado por algo tan pequeño y nimio como un botón ausente. Lo irritante no es sólo cambiarse de camisa –y, en caso de no tener otra que combine, también el pantalón y el saco-​, lo que en verdad crispa los nervios es saber que no hay nada más difícil que encontrar un botón idéntico al que se perdió.
Tal vez si todos conociéramos esta tiendita de la calle Julio Verne, en Polanco, podríamos evitar muchas catástrofes. La casa de los Botones es una tienda especializada en eso: en botones. Aquí hay de todos los materiales imaginables, de plástico o de madera, de vidrio, de joyas preciosas, importados y artesanales. Los dueños se comprometen a encontrar el botón perdido si es que no lo tienen en su catálogo.

Bueno, en realidad no sé si yo soy la única persona a la que le pasa esto, pero yo soy fan de los botones. Es decir, puedes comprar botones realmente originales y fuera de lo común y cambiárselos a tu ropa, igual y reciclarla, qué se yo. Quizá solo tengo complejo de diseñadora de modas. La realidad es que este lugar es excelente para aquellos que como yo sufran de este mal o para verdaderas modistas y/​o sastres.
El lugar es impresionantes, hay de todo botón que puedas imaginarte, pequeñitos y enormes, de todos los colores, formas y materiales. En verdad si es un paraíso de botones.
Además el lugar es bastante llamativo, evidentemente el concepto, de por si, es algo fuera de lo común, pero sus paredes tanto por dentro y por fuera llamán la atención de cualquiera.

Otro de los negocios raros y de toda la vida de Polanco, es un localito al que bien le vendría un poco de pintura en su fachada, pero igual sus caricaturas siguen llamando la atención.
Me imagino que para las costureras es el paraíso de los botones, encuentras de todos los materiales, plástico, madera, hueso, concha, vidrio, que se yo, traídos de todo el mundo. Las paredes son impresionantes llenas de tubos con botones o cajas de botones. Algo especial que tienen es que en su catalogo hay una variedad enorme de botones forrados para vestidos de novia, y si no hay uno que te sirva llevas la tela y te los hacen en el momento. Además hay los básicos de mercería como cierres, hilos, hebillas, etc.
Como dato curioso, el botón más caro que tienen es de $ 450 cada botón!!! bordado a mano, con pedrería fina.

Con un estilo pop — art, La Casa de los Botones conforma los comercios de Polanquito. No es posible imaginarse tantos botones juntos. Cajas y cajas de botones todos los tamaños, colores, formas y diseños. Cuando la moda cambia, los botones también. Piensa en un botón, el que sea, seguramente lo encuentras aquí.
El orden es algo muy importante para poder encontrar un botón particular entre millones de ellos.
La americana Mary Anne Burton es la dueña de este local, la historia es muy curiosa. Estaba casada con un mexicano obsesionado con los botones. Ella buscó botones por todos lados, en el centro, el Palacio de Hierro, Liverpool, en Nueva York, Dallas, Chicago, Los Angeles pero no los encontraba en ningún lado. En 1982 su esposo se murió y su último coraje se debió a falta de botones. Para mantener a su hija comenzó a trabajar y puso una sedería con cosas de mercería, que fue lo que después se convirtió en la Casa de los Botones.