Lynis

¿Adivinen porqué lo recomiendo? Porque tiene terraza para fumar. Adornada de manera coquetita.
Antiguamente se había quemado un par de meses. Se volvió más famoso por ello que por sus excelentes platillos.
Sirven de manera moderada la comida de ahí. No he probado algo que me cautive, pero estar en la parte externa bebiendo cerveza, platicando y disfrutando unas papas a la francesa con una buena compañía, hacen de este lugar, para mí, algo a donde siempre busco regresar.

Creo que la mejor descripción para un sitio como este es que más que un restaurante es una cafetería y es que la carta varía poco, tiene buen sazón y lo que siempre a la hora de la comida verás son a los clásicos «Godinez» sentados a la mesa con su menú ejecutivo, sea desayuno o comida.
Yo lo conozco desde hace más de 20 años y por lo que recuerdo su decoración y aspecto ha cambiado poco en este tiempo.
Cuando entro, me siento como en una película norteamericana, ya que tiene el tinte de esos restaurantes o desayunadores que salen, donde todos van sólo por el café.
Volví a visitarlo de forma frecuente porque, cuando trabajaba en la zona, mi mamá estudiaba inglés cerca de aquí, así que nos veíamos para comer/​cenar y como en esta cafetería/​restaurante sí disponen de área para fumadores pues es el que mi mamá prefería, aunque justo enfrente está un Toks, a una cuadra un Sanborns y muy cerca la Plaza Lindavista.
A mi no me gusta que las meseras de repente se tardan mucho en atenderte, parece que tienes que responder cuando ellas van a preguntar si está todo bien, pero si tú las llamas o les pides algo, suelen tardarse en llevarlo.
Los precios me parecen al nivel de un Vips o Toks, pero el sabor me gusta más, a veces tienen promociones especiales y sacan menús distintos, por ejemplo una vez me tocó ir al festival de la enchilada, en otra ocasión al festival de la hamburguesa, pero no son tan comunes.
Venden de todo, ensaladas, pescados y mariscos, carnes y pollo; en cuestión de bebidas hay malteadas, cafés, tés, sodas y cervezas.

Hace poco andaba por la zona y me encontré con este restaurante en la Av. IPN, al acercarme se veía bastante bien, ya no tenía ganas de garnachas y pues entré a ver que tal estaba.
Ese día pedí unos chilaquiles con huevo y me parecieron bastante buenos, eso sí, algo picosos para los que no comemos mucho picante, pero de buen sabor, lo malo es que las porciones no son tan grandes, si vas con bastante hambre no te llenarás, es el inconveniente.
El menú varía un poco, desde carnes asadas, sándwiches para desayunar o ensaladas, también cosa importante es el servicio, te atienden rápido a comparaciones de otros restaurantes.
Cada vez que puedo voy a este restaurante a desayunar y disfrutar de algo rico, si puedes ir, es una buena opción, aunque se siente un ambiente de trabajadores de oficina.