Mercado el 100

Creo que iré cada domingo a hacer mis compras y darme un gustito. Hay una gran variedad de comida orgánica y sana desde frutas y verduras, pollo, pescado, panes, tortillas, postres, galletas, todo. Me encanto! No hay taaaantos puestistos pero esta perfecto para ir a surtirte de algunas cosas q no encuentras en otros lados y además hay mesitas por si quieres sentarte a comer algo ahí. Si te late todo el rollo organico, no vas a encontrar mejor lugar

Todavía es muy chico, aún así encuentras frutas, verduras, y alimentos procesados completamente orgánicos y de productores locales.
Encontré chocolateros de Chiapas que venden amaranto con chocolate, Pasta de chocolate amargo, arándanos cubiertos con chocolate y otras delicias.
También fruta deshidratada por congelación, con un sabor sorprendente.
Frijol de Muchas variedades
Huevo orgánico
Una cajeta deliciosa producida en una granja de Queretaro que también hace quesos.
Pan sin gluten, etc.
Vale la pena ir y probar.

Si eres fan de todo lo que diga orgánico, tienes que pisar Mercado El 100, el único mercado de este tipo en la ciudad, el cual recibe su nombre porque los productores locales que aquí se presentan se encuentran en un perímetro no mayor a 160 kilómetros a la redonda, o sea, 100 millas.
El mercado surgió desde octubre del 2010 y ofrece productos super frescos, y además ayuda a que los vecinos tomen una mayor conciencia sobre la importancia de lo natural y orgánico en nuestra vida diaria.
El lugar tiene como filosofía cinco valores y los cumplen al pie de la letra: local, sano, rico, justo y limpio.
En el lugar puedes encontrar mermeladas, chocolates, miel, pan casero, hierbas, frutas, productos corporales, frutas, hortalizas, productos lácteos. Un lugar perfecto para encontrar todo aquello que nos ayudará a mejorar nuestra alimentación.

Comer alimentos orgánicos y locales sí está de moda, pero esta moda tiene un sustento plausible ambiental y culturalmente. Al comprar directo de los productores, te aseguras de que tu comida haya sido cultivada en condiciones adecuadas, sin erosionar el suelo y sin empobrecer a los productores.
En este mercado encontrarás todo lo necesario para tu alimentación cotidiana, y para tu vida diaria. Vegetales, frutas, granos, lo que quieras. También carnes: pescado, pollo, res. Y cosas como jabones, velas, artesanías variadas. Con la garantía de conocer su origen y el proceso que los llevó hasta tu mesa.
Además, puedes asistir a los talleres y aprender a elaborar composta o a crear y mantener un huerto urbano. Y también hay cosas que puedes comer ahí mismo, como postres, panes, algunos antojitos. La oferta no es la misma cada mercado, pero siempre es buena.

En el Mercado El 100 hay productos novedosos y que tienen la importancia de tener un origen natural o lo que es casi lo mismo, orgánico. Yo he quedado sorprendida al descubrir ahí la estevia, una planta dulce como la miel pero sin las características nocivas de la azúcar y la miel. También hay embutidos, queso, miel, frutas, verduras, incluso ropa y bordados. Los huevos son también una novedad, aunque no tengo preferencia por ellos, siempre que paso por el Mercado, ya no hay. Don Rigo es un sembrador y cosechador de Xochimilco que conocí hace años durante una investigación sobre alimentación en la Ciudad de México. Sorpresa grata volverlo a encontrar en el Mercado El 100 donde vende semillas de lechuga, chía, alfalfa, tomate, perejil, yerbabuena y más, junto a sus legumbres, frutas y verduras traídas desde Cuemanco. También venden unas salsas de chile seco y mermeladas que han merecido ser regalo de Navidad para dos o tres miembros de mi familia.

Desde que llegué por primera vez al Mercado el 100 hace más de dos años, he sido cliente leal, comprando productos orgánicos y locales para mi casa semanalmente. El mercado se ha mantenido de tamaño chiquito a través de los años por cuestiones administrativos de la A.C. que lo organiza (LU’UM). Aunque el mercado se conforma por pocos puestos, existe una gran variedad de productos. En un día típico de mercado, paso a comprar carne de guajolote y huevos orgánicos con las señoras de Granja Cocotla (recomendado el pavo ahumado y las hamburguesas), tortillas hechas a mano de los vendedores Abél Rodriguez y su esposa de una comunidad cercana a Amecameca, hierbas y aguacates del puesto de Rancho Chipicas ubicado en Valle del Bravo, quesos y yogurt de Finca Vai, pan de girasol de Pan 100 y si tengo paciencia, hago fila para comprar verduras.
Aunque al principio, existían más opciones de verduras, ahora hay una sola vendedora que ofrece la variedad más grande, lo cual genera problemas de filas largas. En teoría, los vendedores no están permitidos repetir productos entre ellos pero en el caso de las verduras, se me hace que deberían de existir más opciones.
Valoro mucho el sentido de comunidad que ha surgido a través del mercado y las relaciones directas que ahora tengo con mis proveedores. Para mis vecinos de la Roma y otras colonias, espero que vayan a conocer el mercado y a las personas que producen nuestra comida de manera sustentable en la Valle de México.

Este proyecto me gusta desde hace mucho tiempo, es un mercado con productos 100% orgánicos y ecológicos, pero además de productores locales de la Ciudad de México. Todos los que venden en este mercado no están a más de 100 millas de la Ciudad, de ahí el nombre del mercado El 100. Cada domingo turnan su sede, un domingo en la Plaza Luis Cabrera y otro domingo en la Plaza Río de Janeiro. Les recomiendo que consulten las demás sedes en su página de internet porque afortunadamente este proyecto está creciendo y ya se están poniendo en más lugares como Polanco y la Juárez. El ambiente de este mercado es muy agradable, todos son una comunidad y cuando llegas inmediatamente eres bienvenido. Cada puesto te atiende de la mejor manera y te explican los beneficios de los productos orgánicos. Puedes encontrar líquidos de limpieza, jabones para el cuerpo, verdura, café, pan, tortillas y mucho más. Cada fin de semana hacen talleres sobre ecología y comida saludable. También puedes desayunar ahí, prueben los tlacoyos (con todo) y los atoles, varían según el día; si les toca de maíz azúl pruébenlo, es una delicia.