Metro Café

Buena opción para venir saliendo del metro Polanco, con un poco de prisa, y pedir un café americano, que aquí es de buen tamaño; de preferencia con doble carga de café, porque me parece que aquí lo preparan un poco suave. Venden diversidad de chapatas, cuernos, sandwiches, algunos en mitades y empacados para no entorpecer el trayecto por aquello de la prisa. Muy rica la chapata de jamón con queso manchego. El servicio, continuando con la misma tónica, es bastante eficiente y rápido; el sabor del café, bueno. Alberga en su interior unas tres o cuatro mesas, sin embargo da la impresión de que la mayor parte del espacio del local está ocupada por la barra, por lo que a mí más bien me invita a pedir siempre para llevar. Pero se puede uno sentar tranquilamente, y jamás he visto todas las mesas ocupadas. Los precios son accesibles, y para faltarle al respeto al americano, hay crema en polvo y azúcar mascabado.

Esta pequeña cafetería se encuentra en el centro de la agitada actividad de quienes llegan y salen del metro Polanco, porque está justo al lado de la entrada. Pero quizás eso es lo que le da su encanto, porque tan sólo cuenta con unas 3 o 4 mesas y unos bancos en la barra para que pruebes su café o tal vez un postre antes de entrar en el tumulto.
Varias veces he ido para refugiarme del frío y la lluvia, o para esperar que se despejen un poco los andenes del metro cuando está imposible entrar. El lugar no me ha decepcionado, el frappé es buenísimo y puedes entretener el hambre con unas galletas o un pan dulce para empezar.
Si quieres un bocadillo para aguantar hasta llegar a casa, entonces te recomiendo los cuernitos de jamón, una torta o un bagel de jamón ahumado. El té chai de vainilla es delicioso si te gusta más bien algo ligero; el té de mango es otra buena opción.
Su carta no es muy extensa, ya que es más bien como café de paso, pero para almorzar es suficiente; incluso te ofrecen algo de confitería para hacer más agradable el camino.