Taro

This is an interesting sushi bar, it has personality, the location is strange, the distribution is weird. But the sushi was good, it wasn’t the best. That day they had no tuna.: (Maybe for a sake and nigiri night. I guess the chef had better moments.

Taro es un lugar informal pero elegante. En sus dos salones la decoración es simple, incluso casera, sin un toque de exageración ni de mal gusto. Te atienden con amabilidad, familiaridad y eficiencia y, para abrir boca, te reciben con unos exquisitos fideos tibios con ajonjolí. Desde ese momento es claro que nada puede salir mal.
Cualquier cosa que pidas será de calidad excepcional, pero el sukiyaki y el yakiniku merecen una mención aparte. Son platos con conceptos parecidos: ambos se componen de fuentes llenas de carne y verduras, que el propio comensal cocina en su mesa (ya sea en un caldo bien caliente o en una parrilla portátil). Así se logra una cocción muy ligera y jugosa sin sacrificar temperatura, con el gran sazón del caldo y la marinada. Una delicia.
No hay muchas mesas, así que mejor evita las horas pico. La barra es una gran opción para sentarte si vas por sushi.

Llegué aquí por una amiga mitad japonesa y creo que es el lugar en México donde más me he sentido en Japón. La comida es de la más alta calidad y el lugar simplemente se siente japonés.
La primera vez que fui fue en la noche y me sentí como en lo equivalente a una fondita en Japón. En la noche no se veía tan bonito. Las siguientes veces que he ido han sido de día entonces se ve más bonito sin llegar a ser un lugar lujoso.
Los nigiris y los rollos son muy ricos y frescos. Si andan por la zona y quieren ver cómo es un auténtico restaurante japonés, vale mucho la pena que lo conozcan!

Pequeño lugar con esencia muy japonesa y en especial delicioso. Sencillo, simple y acogedor. Pidan el nigiri de hamachi y de salmón, realmente deliciosos.
Servicio muy atento y personalizado. Definitivamente regresaremos y recomendaremos.

Me gusta cómo se auto denominan: «rincón culinario japonés». Sí es un rinconcito escondido en el caos de avenida Universidad, pero vale la pena buscarlo. Desde que entras, te sientes inundado por un placentero olor a umami y se te abre el apetito.
Me encantan las piezas de sushi; el pescado es súper fresco. Puedes pedir que le pongan wasabi por dentro, si eres fan de los sabores fuertes (o quieres un remedio para la congestión nasal).
Mis platillos favoritos son el tekka don y las sopas, sobre todo la nabeyaki udon. Hoy quise probar algo distinto y pedí una sopa con hongos, algas y udon, deliciosa e ideal para días nublados.
Como han comentado, los fines de semana se llena bastante, pero entre semana suele estar tranquilo. Si pueden elegir, les recomiendo sentarse en el área de abajo, me parece más cómoda y bonita; además, tienes vista a la barra de sushi. El precio es cariñosón, pero la comida sí que lo vale.

Un auténtico japonés! Cualquier cosa que pidan en este lugar es simplemente exquisito. No olviden pedir el salmón envuelto en lechuga, los rollos de atún picante o incluso la sopa Tempura Udon, es una delicia!
El servicio es muy amigable, es un negocio familiar y siempre tratan que su visita sea de lo más agradable, la atmósfera es muy tranquila y si van en fin de semana lleguen temprano porque el lugar se llena muy rápido.

De los mejores restaurantes japoneses de la Ciudad de México. Tan bueno que a veces la espera es larga en fin de semana, pero vale la pena.

Excelente lugar para comer verdadera comida japonesa!!!
Eso si, sin pretensiones ni presunciones como los otros restaurantes buenos japoneses, pero el sabor buenísimo. Mucha variedad en platillos.
Mucha gente japonesa como comensal, lo cual de confianza de que tendrás un comida de buen nivel y relación de precio.

El Taro es sólo conocido por los grandes amantes de la comida japonesa. Yo llegué aquí gracias a una amiga y le debo un gran descubrimiento. Contrario a la mayoría de los restaurantes japoneses ubicados en la zona centro; este lugar está en plena avenida universidad; es agradable pero discreto y jamás pecaría de pretensión. Además, a diferencia de la gran mayoría de los restaurantes japoneses donde lo estelar es el pescado, la carne es la protagonista de este lugar (así es: shabu shabu). Para todos aquellos quienes no han probado este platillo les pido que no se dejen llevar por la apariencia cruda y se adentren a degustar de un verdadero manjar. Recomiendo ampliamente pedir un teppanyaki y ver cómo se preparan todos los alimentos, es verdaderamente fascinante ver lo apegado que está a la tradición japonesa.

Este es un lugar en el que la administración, la cocina y algunos meseros son japoneses; así que no te esperes acompañar tu rollos-​maki con soya y jalapeño, aquí todo es lo más cercano a la cocina japonesa.
El menú es diferente al de todo restaurante japonés, aquí no impera el pescado y los mariscos sino la carne.
La experiencia de venir es otra porque puedes ser comensal pero también tu propio cocinero. Todas las mesas tienen hornillas al centro para que si tú lo deseas, cocines tu teppan-​yaki con la cantidad de salsa de soya que quieras y el término que más te guste. También puedes hervir tus caldos o Kaisen miso nabe al centro de la mesa. Todo está dispuesto para que sea fácil, rápido y cómodo.
Si no quieres hacer nada más que comer, puedes pedir todo listo para agarrarlo con los palillos y masticarlo.
Taro te da la experiencia de cocinar para tus amigos, tal como lo has visto en los programas de cocina con Anthony Bourdain.

La primera vez que lo visité fue de niña cuando mis papás cumplían uno de sus aniversarios y recuerdo haber dicho «¡qué bisteces tan suavecitos mami!» en realidad se trataba de uno de los platillos más representativos de la cocina tradicional japonesa que es el Shabu Shabu o sea una preparación en cacerola que lleva deliciosa carne prime rib y verduras hechas con un caldo sencillo pues como su página web lo indica, la premisa de la verdadera gastronomía nipona es la sencillez basada en dos ejes primordiales: la frescura y la presentación cuidada de los platillos que se refleja en porciones sutiles.
La segunda ocasión que me reencontré con este tesoro escondido que está a escasos 5 minutos del metro M.A. Quevedo, fue la vez que por asignación de la revista para la que trabajo, tuvimos un shooting con Fey y su hija. La cantante a mitad de las fotos pidió que le consiguiéramos sushi y edamame. De inmediato pensé en Taro.
La grata sorpresa fue que no sólo sigue siendo delicioso sino que conserva exactamente la misma distribución de hace 40 años cuando sus fundadores, japoneses por supuesto, decidieron apostar a ofrecer comida clásica de su tierra sin los toques extravagantes del occidente. He ahí su tónica infalible.
Por sencillos que sean, recomiendo de entrada los Edamames, de sopa la Misoshiru que lleva soya fermentada, verduras, pescado y alga marina, y el Sashimi de salmón.

Pasaba por aquí prácticamente todos los días durante más de 12 años para llegar a la escuela. Sin embargo, nunca me percaté de la existencia de Taro sino hasta que alguien me llevó. Está «escondido» en el segundo piso de un edificio, casi sin publicidad.
Es probable que personas de origen o ascendencia japonesa ocupen la mayoría de los asientos de este restaurante, ya que su cocina es muy tradicional, sin las mezclas exóticas que otros restaurantes japoneses integran a su menú.
Aquí probé por primera vez el shabu shabu, carne cocida en un caldo de vegetales que no se puede preparar en cualquier restaurante ya que necesita de tener mesas equipadas para ello.

Casa Taro es un lugar difícil de encontrar porque casi no se ve desde la calle. Es el segundo piso de un edificio común y corriente en Av. Universidad. Al subir las escaleras, la decoración te transporta 40 años atrás en una casa al sur de la ciudad.
El restaurante es de unos japoneses que hace varios años se instalaron en esa ubicación. La comida no es como en el resto de los lugares japoneses en el que mezclan la comida con sabores mexicanos sino aquí se prepara 100% como en Japón. Por ejemplo, aquí no existen las típicas kushiagues de queso.
No es el restaurante más bonito que vas a encontrar pero definitivamente es uno de los mejores lugares en los que vas a comer. Mi platillo favorito es el Yakiniku, carne prime rib marinada en una salsa de soya. Ésta te la llevan cruda a la mesa para que puedas cocinarla en una pequeña parilla que colocan en la mesa. Es absolutamente exquisito.