Yogurtland

Desde que conocí este lugar me volví fanática. Creo que aunque hay otros lugares con lo mismo como Moyo me encanta que tu eres el que te sirves y te preparas tu propio helado. Llegas y escoges entre varios sabores de yogurt (siempre me voy por el natural, fresa o frambuesa o los tres) y después le echas galletas, cereales o frutas. Al final lo pagas por peso. Es inevitable que cada vez que paso por ahí me tengo que comer uno.; son mi debilidad en la comida. Es una cadena enorme en todo México que crece cada vez más. Lo recomiendo al 100%.

Sí, lo acepto. Soy fan de estos helados y aunque siento una gran culpa cuando me acerco a la báscula sé que cada cucharada la voy a disfrutar enormemente.
El acierto para ellos y el error para uno como cliente es que este lugar de helados de yogurt es de autoservicio. Tú eliges el tamaño del vaso (mini, chico, mediano o grande) y puedes servirte el helado que tú quieras. Tienen varios sabores y puedes combinarlos. El de red velvet, el de frutos rojos y el de Taro me han gustado mucho, pero como siempre hay nuevos sabores es grato probar otros sabores y otras combinaciones.
Después de servirte el helado pasas a la parte de los toppings en donde hay casi de todo: frutas de todos tipos finamente picadas, chispas de chocolates, galletas desmoronadas, pedacitos de pay de queso, brownie, gomitas, cereales, jarabes y otras dulces curiosidades.
Ya que terminas de colocarle todo lo que se te antoje vas hacia la caja en donde tienen una báscula y te cobran de acuerdo con el peso de tu helado. Ahí es donde viene el golpe bajo, ya que, por un lado, ves cuanto te estás a punto de comer, y por el otro, que es directamente proporcional a tu bolsillo.
Definitivamente, lujitos como estos no puedo dármelos cada fin de semana, pero ocasionalmente, vale la pena ir a probar uno de los sabores, divertirme eligiendo toppings y disfrutar de estos helados caminando por el parque México.

Qué rico es ir a comerse un helado en una tarde soleada y de buen clima. Este Yogurtland tiene una ubicación perfecta, cerquísima del Parque México sobre la calle Amsterdan.
El día de hoy el lugar tenia clientes pero no estaba muy lleno, y así es mejor. Además de eso varias de las maquinitas de donde sacas el helado estaban fuera de servicio. Creo que eso es raro que pase. Al final habían solamente 6 sabores disponibles.
Lo que me gusta de aquí son las frutas. No sé si sean trozos de kiwi, fresa, guayaba, congelados o naturales, pero siempre combinan perfectamente con el helado de yogurt. También la variedad de toppings y cosas que ponerle encima a tu mezcla es bastante surtida.
En mi opinión la estrategia que utilizan en muy ingeniosa, te cobran dependiendo del peso del vaso que te serviste, pero el precio es caro para ser un helado de yogurt.

Los postres no son mi fuerte, pero no hablemos de helados… y si son de yogurt con frutitas, ¡lo quiero!
En este ramo, Yogurtland es mi favorito. Ahora hay muchas franquicias de helado de yogurt con el mismo concepto de pagar el peso que te estás llevando, pero para mi el mejor helado es el de aquí.
Tienen mínimo 5 sabores diferentes de helado que puedes combinar como se te dé la gana y por lo general hay un chico con vasitos que te da muestras de todos los sabores para que estés muy seguro del que quieres llevar.
Una vez que tengas tu combinación perfecta (para mi generalmente está compuesta por sabores cítricos, pero también hay chocolate o pay de limón) pasas a la barra de frutitas y tentaciones donde te esperan diferentes frutas cortadas en trocitos según la temporada y una gran variedad de dulces y chocolates, brownies, galletitas y gomitas.
Al final hay jarabes, por si te falta más dulce en tu helado, y luego llegas a la caja donde lo pesas y pagas. Aceptan tarjeta de crédito y en mi opinión son los que mejor relación tienen entre calidad y precio.
Además todo lo que está en la tienda es bonito, desde las cucharas rosas y verdes hasta los vasitos para tomar agua.