Este restaurante es uno de mis favoritos, primero por el servicio, el cual es muy bueno, y porque desde el principio el paladar comienza a agradecerte que hayas ido, pues el aceite que te preparan en tu mesa para disfrutarlo con pan es simplemente delicioso. De hecho, podría comer sólo eso ;0). Cuando voy a este lugar, siempre pido ensalada de la casa y una pasta, y mi favorita es Fettuccine Alfredo. Pero lo que no perdono, jamás, es pedir de postre un budín de pan; en verdad, es una auténtica delicia(aquí guardo la idea de la dieta en lo más profundo de mi ser, jajaja). Creo que las porciones son generosas y, a veces, este restaurante saca muy buenas promociones para la comida o la cena.