Entre reporteros y periodistas conocemos muy bien este lugar. Por muchos años ha sido sede de muchas noches de cotorreo entre amigos. Inclusive yo he llegado a ir con mi papá, no es un ambiente feo ni nada, ponen música old school de los 80’s y 90’s. Aveces pasan los partidos de futbol y claro, esos días se llena, no tanto claro, porque hasta eso el bar se reserva a experimentar el despapaye que se arma cuando hay partido. A mí me gusta el interior del bar, las paredes prácticamente muestran el reflejo de todos, literal osea son espejos jaja, las sillas me gustaron mucho no sé por qué, eran muy cómodas y hechas de madera. Desde que vas entrando un señor te pregunta qué servicio vas a querer, si comida corrida, a la carta o si sólo vienes a pistear; son muy amables y siempre están al pendiente de ti, yo te recomiendo venir a disfrutar de tu bebida pero cuando quieras estar exclusivamente con un amigo especial, quizá me de esa impresión porque me recuerda a esas películas en las que le rompen un corazón a un chico y éste llega a un bar en espera de su mejor amigo, no lo sé así pienso yo, es por eso que este bar me encantó.
Mario S.
Évaluation du lieu : 5 Monterrey, México
Este bar esta ubicado a unos cuantos pasos del hotel Ancira sobre la calle Ocampo, y a una cuadra de la macroplaza. Es una cantina old school, pero también tiene servicio de comidas corridas y cena a la carta. El ambiente es demasiado ochentas pues la padres tiene detalles con espejos y están forradas con madera. Los asientos son de piel y desde que entras huele como protegen la piel de los mismos, el olor es muy intenso como si usarán brillantina old spice que usaba mi padre en los 80’s. Como todas las tabernas y cantinas de tradición que he reseñado aquí hay cerveza nacional a buenos precios, y comúnmente vienen jóvenes universitarios y extranjeros que se hospedan en la zona rosa. Como platillo regional y que casi ya ningún lugar ofrece, te recomiendo pedir criadillas, una especialidad muy regia, pero también puedes pedir el asado que aquí preparan, para chuparse los dedos.