El Toro

Si se trata de ir a comer a pescado o mariscos a Progreso, existen dos lugares que no están precisamente en la playa, que no son los más lujosos y que son los más concurridos, este es uno de esos dos, solo que este tiene el plus de no estar tan lejos de la playa.
La primera vez que fui me llevo un amigo y al ver la cantidad de gente y muy a pesar de lo de modesto del lugar, sabía que ahí se come rico y barato; así fue y así sigue siendo, es un lugar donde puedes comer pescado frito, entero o en postas, ceviches, cocteles, empanas y hasta uno de los platillos típicos de Campeche, el pan de cazón.
Lo que me gusta es que esta cerca de la playa por lo que puedes ir, comer y volver a la playa sin problemas, lo que no corta del todo el buen momento que estés pasando bajo los rayos del sol. Es muy común que en bola llegue gente que estaba en la playa, por lo que hay mucho movimiento, así como puedes llegar y hay más de tres mesas vacías, puedes llegar y tener que esperar.
Los precios en su mayoría pueden llegar a ser menos costosos que en el malecón, así que si de ahorrar se trata esta es buena opción.

Si me preguntan dónde comer en Progreso, no lo pienso dos veces y digo que en el Torito, como cariñosamente le decimos todos a este restaurante ubicado a una cuadra del malecón. Aquí te vas a deleitar con pescados y mariscos de lo más fresco y con un sazón delicioso. Además, por no estar justo frente a la playa, los precios no se disparan a la estratósfera, y tampoco te vas a encontrar con filas enormes para poder ocupar una mesa.
Iba mucho al Toro cuando me sentía muy estresada (ignoro por qué estaba tan estresada, pero bueno). Recuerdo que en esos días, no había nada mejor que tomar el Autoprogreso, llegar al malecón, bañarme un rato en el mar lleno de sargazo y terminar comiendo un ceviche y una michelada en el Toro. Un ceviche y una michelada: es todo lo que necesitaba para ser feliz y regresar a Mérida llena de fe en la humanidad.
Ahora no hace falta estresarme para disfrutar de las tardes en Progreso, y cada que tengo oportunidad, procuro acabar mi día en este restaurnte, nuna me ha fallado, y siempre me deja con una sensación de absoluto bienestar y felicidad. Y de eso, amigos míos, se trata esta vida.

Uno de los restaurantes más populares en las inmediaciones del Malecón. Su magnífica ubicación lo hacen un sitio ideal para ir a disfrutar de un rico pescado frito y una cerveza bien helada sobre todo cuando te la pasaste nadado toda mañana y terminas agotado (a) sofocado (a) y hambriento (a).
Como es costumbre en los restaurantes del puerto, aquí se sirven algunas botanas al ordenar una cerveza, normalmente te traen unos cuatro platitos con frijoles refritos, ceviche, cazón entomatado y papa adobada o arroz con camarón, además de una buena porción de tostadas que no pueden faltar. Si vas con varios amigos o acompañantes es muy buena idea ordenar una ración de ceviche o cocktel de camarón aunque ésta opción es más como para comer entre uno o dos.
El pescado frito de aquí es muy sabroso, generalmente tienen mero, corvina, pargo, rubia y en ocasiones boquinete. Puedes ordenar por kilogramo o por ración. Te recomiendo pedir por kilo pues es más económico aunque ojo: el kilogramo corresponde a peso en fresco así que normalmente un kg de pescado frito alcanza para dos o tres personas en promedio.
Si no te agrada mucho el pescado frito hay buenas opciones como el filete empanizado o al mojo de ajo, hay también camarón empanizado, pulpo en su tinta e incluso una especialidad muy recomendable que es el pan de cazón, el cual es un platillo de fácil preparación elaborado con tortillas sobrepuestas aderezadas con salsa de tomate frito y frijoles que se colocan junto al cazón deshebrado a manera de relleno. Una comida muy sencilla pero absolutamente deliciosa.

Si te gusta vivir el ambiente de la costa, que la chela, que el ceviche, que el pescado recién frito, la salsa, la cerveza, pues este lugar te va a encantar, si eres un amargado que prefiere el silencio, no amas la grasa y eres poco tolerante al gentio no
El lugar tiene muchas mesas, punto a favor por que no tienes que esperar veinte años a que te asignen una, la comida pudiera ser más barata, pero sí es económica, tan buena como que si te gustan los mariscos pues no hay mucha manera de fallar, es decir, nada del otro mundo, aunque voy a confesar que el ceviche que venden es el que más me gusta de todos los lugares.
Este lugar es todo una tradición para los yucatecos, así que ves de todo tipo de gente, mi novio tiene 27 años que es tan yucateco como el habanero no recuerda ni siquiera desde que edad vino por primera vez y reconoce a cada uno de los meseros, lo que demuestra lo arraigado de este restaurante a la región.