Este establecimiento es muy conocido para quienes buscan artículos de ferretería. Yo lo encontré en una ocasión en la que había fiesta en casa de mi tía y debía comprar unos focos. Ella me envió directamente a este lugar porque«tiene de todo» –dijo– y yo ya había buscado en otros lugares y no hallaba la pieza que necesitaba. Antes tenían muchas sucursales, pero en esta ocasión que la visité sólo logré identificar una. De hecho, una de ellas se convirtió en tienda de disfraces. Algo que me parece muy gracioso y que identifica mucho al lugar es que tienen un perico suelto en el establecimiento. Resulta curioso ver cómo el animal se pasea por todo el sitio. Los precios son bastante buenos y la atención también. Cuando buscas algo y no sabes exactamente qué es o de qué tipo, te ayudan hasta encontrarlo. Un aspecto que siempre hay que considerar cuando vas al centro es, otra vez, el estacionamiento. Hay uno a la vuelta del lugar así que en este caso no te costará trabajo.