Cuando era pequeño, mi hermano casi gemelo(un año mayor) y yo siempre acompañábamos a mi madre al centro a realizar sus compras, generalmente telas o cosas para manualidades. Después de las compras siempre entrabamos a un pequeño restaurant de comida china y comíamos un caldo muy rico. Hace unos días, y después de muchos años de no hacerlo, tuve tiempo de acompañar a mi madre a la misma tienda de telas y le pedí que fuéramos al restaurant cosa que acepto gustosa, ya adentro ella pidió un caldo cantones, al probarlo simplemente sentí como regresaban los años de la infancia en mi paladar. Si vas por la calle, parecería que es un bar ya que solo tiene dos pequeñas ventanas que no dejan ver el interior, dentro, las mesas están acomodadas de manera muy simétrica. De la comida no puedo decir mucho, ya que lo único que pido ahí es el caldo cantones, una mezcla de camarón, carne roja, brócoli, pequeñas mazorcas y algún otro ingrediente. En cual de manera muy personal, es sumamente delicioso, el más delicioso del mundo.