Casa del Migrante

En esta «ciudad de paso» las cosas a suelen ser difíciles sobre todo para las personas que no son originarias de la región, más aun aquellas personas que intentan cruzar a Estados Unidos y no lo logran, es por ello que se ha creado este espacio para todas estas personas.
La gente que acude se sostiene en la fe y en las posibilidades de salir adelante gracias a la ayuda y apoyo de personas que de todo corazón deciden ser participes de la caridad y hace donaciones al lugar.
Cuando estaba en la preparatoria estaba haciendo una investigación sobre la migración, sus consecuencias y cosas que giran en torna a esta situación que se vive, no sólo en esta ciudad, sino en muchas otras en la franja fronteriza. Intentamos entrar como parte de la investigación pero se nos negó el acceso, debido que protegen en todos los aspectos a los menores de edad y a los mujeres (a nosotros como menores de edad, y a las mujeres, pues eramos tres chicas y dos chicos quienes nos encontrábamos en la investigación de campo), y por esta razón La casa del migrante está destinada sólo para hombres.

Ser vecinos de nuestro primo USA, nos ayuda o en ocasiones nos hereda hermanos inmigrantes de otras nacionalidades, algunas ni las hacíamos en el mapa. Pero lo que mueve a todas estas almas aventureras, es la misma, ir en busca del «sueño americano», para tener y ofrecer algo mejor a sus familias.
Pero esto no demerita la causa noble que hace esta casa del migrante, es un lugar con bastantes años de funcionamiento en apoyo a los migrantes de cualquier nacionalidad o color. Les ofrece, comida física y espiritual se podría decir, ropa; techo donde dormir.
Por lo regular siempre está muy concurrido, pero siempre habrá una ayuda para el que más lo necesite en esta casa. ¡Si es tu gusto ayudar a los demás, aquí tienes una oportunidad!
Es bueno decir que a esta causa se suman bastantes personas de la comunidad, para apoyar desinteresadamente, y que encuentran gusto por ayudar al prójimo.

Tememos ventajas por ser la esquina del mundo, como muchos la llamamos, tenemos el privilegio de colindar con San Diego y eso nos ha ayudado en muchos aspectos.
Pero por otro lado hay quienes con la esperanza de encontrar el sueño americano, se vienen a estas tierras ilusionados, a veces llegan sin nada, ni siquiera con un cambio de ropa, algunos pesos y ya, dejan que la suerte decida su destino.
Pues sabemos que por lo general no logran su meta, y quedan desamparados sin nada ni nadie a quien recurrir.
Este lugar es a donde pueden llegar, aquí se les aloja, se les da comida, techo, se les dan primeros auxilios y hasta ayuda espiritual para seguir adelante.
Aceptan migrantes de cualquier lugar, cualquier persona que necesite ayuda y esté sola en la ciudad, pues aquí es a donde debe acudir para recibir ayuda de gente dedicada a el bienestar de las personas que lo necesitan.

Tijuana es una ciudad donde inicia el sueño americano para muchas personas, pero para otras es el lugar donde terminan sus sueños tras haber sido deportados.
Desafortunadamente, en México no hay ningún programa que los ayude superar este difícil momento, por lo que las personas deportadas frecuentemente terminan en la indigencia, con problemas de drogadicción y en condiciones de pobreza extrema.
Afortunadamente existen instituciones como la casa del migrante que dan apoyo temporal a estas personas, proporcionándoles alimento, un lugar donde dormir, ropa, apoyo espiritual, atención médica y orientación sobre su situación legal.
Tuve la oportunidad de visitar esta casa en un par de ocasiones y es impresionante la historia de vida de estas personas, se puede sentir el dolor y la angustia que tienen tras haber dejado en Estados Unidos a su familia, su trabajo y todo su patrimonio.
Realmente es de admirarse la labor que hacen todos los voluntarios que colaboran en este lugar, ya que con su esfuerzo, tiempo y aportaciones económicas brindan un poco de paz y de esperanza a estas personas que se encuentran atravesando un difícil momento.

Hace muchos años Tijuana era una ciudad por donde cientos de migrantes cruzaban la frontera con Estados Unidos con la única intención de una mejor vida para ellos y su familia, sin embargo, este sueño americano cada día se hace más difícil no solo para los que apenas van sino para los que ya están del otro lado. En el periodo de Barack Obama se realizaron muchas más deportaciones que lo que hubo en muchos otros años y convirtió a las ciudades fronterizas del país en puntos de retorno.
La casa del migrante es uno de esos espacios que ofrece ayuda a todos nuestros paisanos que regresan de manera voluntaria o no y no tienen donde llegar y pasar la noche, que no tienen contacto o familiares aquí en Tijuana. Aquí se les ofrece ayuda como un techo y alimento mientras que todos participan en las tareas domésticas para mantener en buenas condiciones el lugar. Desafortunadamente este como otros espacios que buscan ser un punto de empuje en la sociedad, carece de apoyos económicos y voluntarios para sacar a flote tan linda labor.

La Casa del Migrante es sin lugar a dudas uno de los albergues más reconocidos a nivel local y nacional por su gran labor humanitaria que trasciende fronteras.
La casa de los misioneros scalabrinianos ofrece alojamiento y alimentación a cientos de migrantes que llegan a Tijuana con el sueño de cruzar la frontera con destino a Estados Unidos y también a migrantes que por diferentes causas han sido deportados.
Cuenta con más de cincuenta habitaciones, tienen baños para que los migrantes puedan asearse, les dan la oportunidad de comunicarse con sus familias, tienen una cocina enorme y limpia con una bodega impresionante, llena de alimentos, la gente que trabaja para la casa en mayoría son voluntarios, pero siempre ofrecen lo mejor de sí mismos.
Este lugar ha sido de ayuda para mucha gente, de hecho aveces recibe donaciones de gente que estuvo ahí y también de la comunidad tijuanense que se sensibiliza con la enorme causa de servir a la gente que lo necesita.

Esta no es la cara más bonita de la ciudad. La labor humanitaria que se lleva a cabo en la Casa del Migrante es muy grande y de admirar, pero la situación de «migrante» para las personas que a bien o mal no lograron el American Dream no es para nada alentador.
Tijuana es la ciudad fronteriza más transitada de manera bilateral. Si bien el cruce ilegal de aquí no es de proporciones bíblicas, Tijuana es la primera opción para deportar migrantes. Ecuatorianos, salvadoreños, colombianos y muchos mexicanos que fueron deportados a la ciudad llegan sin un peso, sin hogar ni familia, y la limosna puede ser de los pocos medios a su disposición para salir del apuro.
En La Casa del Migrante se enfocan en dos cosas fundamentales: sus necesidades básicas y el apoyo emocional que necesitan para pasar la situación. Entre los misioneros del refugio, la comunidad caritativa y los voluntarios que por altruísmo apoyan la causa, se encargan de proporcionarles un lugar dónde dormir, alimento y la estabilidad emocional/​espiritual que pudieran necesitar.
Pareciera irrelevante, pero el último punto separa a estos migrantes de los que, por adicciones, viven en el canal del rio Tijuana. No es una tarea sencilla y menos con el creciente número de migrantes y deportados latinoamericanos que se quedan en la ciudad, pero la Casa del Migrante hace grandes esfuerzos y servir como voluntario es una gran experiencia de comunidad y solidaridad.

La casa del migrante es uno de los proyectos humanitarios que ayudan a ciento y cientos de paisanos que llegan a la frontera para cruzar a los Estados Unidos, pero que por azares del destino son deportados y se quedan por algunos meses en la ciudad.
Las historias son tristes en general pero tienen algo en común, son seres humanos desesperados por salir de la pobreza y regresar a sus lugares de origen, es por ello que esta casa fue construida como un albergue temporal.
Este proyecto inicio con los Misioneros de San Carlos Scalabrinianos en 1999, tienen casas en Tijuana, Ciudad Juárez y Guatemala.
Parte del trabajo de estos misioneros es vigilar que los derechos de los migrantes sean respetados sin importar su nacionalidad, sexo o creencias, una filosofía de vida que ha sido adoptada por cientos y cientos de voluntarios que sin ambición alguna ayudan a estos seres humanos, algunos regresan a casa y otros se quedan a buscar fortuna.

Sin duda una de las características que tiene esta ciudad fronteriza es la de ser tierra de migrantes, personas que en ese intento por cruzar a los Estados Unidos, llegan como nómadas buscando el momento de hacerlo, se aventuran, son extorsionados, algunos secuestrados, las mujeres violadas. Algunos nunca lo logran pero se quedan aquí. Otros son deportados después de toda una vida en el país del norte, o con apenas unos días de haber sentido tocar la gloria. A ellos ayuda esta casa.
Un lugar que funge como hogar para ellos por un tiempo y que fundaron y atienden los Misioneros de San Carlos Scalabrinianos. Esta, la de Tijuana, fue la primera que se fundó. Hay otras en otras ciudades fronterizas y hasta fuera de México en Guatemala.
Como les cuento, «La Casa del Migrante» funciona como centro de acogida de los migrantes. Se les proporciona alojamiento, comida, apoyo espiritual, orientación, primera atención médica y defensa y promoción de los derechos humanos.
Se les da ayuda psicológica para que poder soportar la separación con sus familias, la falta de documentos y de una identidad aquí en México, y se les ayuda a sobreponerse a haber sufrido, secuestro, extorsión, y abuso.
Esta casa tiene 27 años de servicio, y acaban de iniciar un proyecto piloto con 10 migrantes a quienes quieren ayudar en su transición para poder integrarse a la sociedad, y por ello se les da atención y seguimiento por tres meses.

En este sitio nadie es extranjero, aquí se recibe, se le da comida hospedaje, asesoría legal, posibilidad de realizar llamadas telefónicas, servicios médicos básicos y orientación social a los migrantes tanto a los que están buscando llegar a Estados Unidos para obtener una mejor vida como a los que son deportados de ese país. La casa del Migrante es un proyecto religioso de la orden de los Scalabrinianos y tienen la vocación de auxiliar a todos los migrantes en tránsito. En este sitio se les da una atención digna y algunas herramientas para que los viajeros puedan continuar con su trayecto, el lugar se mantiene principalmente en base a donativos así que cualquier ayuda será muy bien recibida. El lugar cuenta con dormitorios, una sala de lectura patio, comedor, servicios sanitarios y durante el mes de diciembre realizan la celebración de las posadas, esta experiencia es muy fuerte ya que se puede precenciar directamente como los migrantes están pidiendo posada en otros países para mejorar su futuro y el de su familia

Tijuana es una ciudad que da posada a muchos migrantes, deportados, paisanos, y centroamericanos que llegan a esta ciudad en busca del sueño americano, muchos con las ganas de cruzar hacia Estados Unidos, o muchos otros que son «deportados» por el Gobierno Estadounidense, ¿ Qué hacer cuándo te deportan de un país? Claro, que necesitas una casa, comida caliente y un lugar donde pasar la noche, esto es la Casa del Migrante.
Dan cobijo a más de 60 personas al día, es una casa grande, donde hay dormitorios, y comida que muchos de los «hermanos» y padres que pertenecen a esta congregación te apoyan en este duro momento, también viene mucha gente de Estados Unidos a colaborar con este trabajo social, que tiene más de 20 años trabajando en la frontera. Apoyan a los paisanos deportados durante 10 días, mientras estos buscan un trabajo, o regresarse a su ciudad de origen.
En diciembre hay posadas, comida y puedes también trabajar ahí como voluntario, es una gran labor que te pone el corazón contento.