D’Volada

Estas pequeñas sucursales son como un sellito de Tijuana porque las ves en todos lados. Y específicamente a ésta, pasé una vez bien temprano y literal de volada por un café para despertar.
Lo pedí para llevar, era un latte de caramelo grande ($ 47) y compré también un frappé de mocha, también grande ($ 51) para mi amiga, pues iba yo camino a su casa.
Mi cafecito estaba bien pero hasta ahí, nada del otro mundo. Habrá que probar algún otro, que aunque tienen medio «lo de siempre y de todos lados», sí había más opciones como el mexican mocha (¿cómo para qué le pondrán el nombre en inglés? me-​no-​entender), que me quedé con ganas de probar, el frappé brownie, el latte de cajeta, chai y el smoothie de cítricos.
Nada más que tendrá que ser algún día que me quede de paso como aquella vez, porque sinceramente cuando pienso en café, vienen a mi mente primero mil lugares más, antes que éste. Pero bueno, por su concepto express tampoco está mal, además te atienden muy bien y no le quedan mal a su nombre, te lo dan ¡de volón pin pon!