Debido a mi trabajo debo de salir muchas veces de oficinas y otros días quedarme encerrada, en ambos casos siempre debo de ordenar o comer fuera pues soy muy mala cocinando o en su defecto, haciendo comida para llevar y comer a la hora de mi lunch. En la semana terminé yendo a Casa de la Cultura y estuvimos un buen rato viendo detalles de un evento, pero ya cuando dieron las once como que me dio hambrita, y bueno, que terminamos, un compañero y yo, buscando un sitio para llenar el tanque y seguir dándole carrilla al asunto. Al final encontramos el coqueto establecimiento de «La Kaffe» que no es grande ni de diseños muy elaborados como se pensaría de la zona, pero no por eso se debe menospreciar, sí algo he aprendido a últimas fechas es que no debemos de guiarnos jamás por el aspecto del sitio sino del sabor y la forma en que se sirve a la mesa. Para el caso pedí un croissant de pechuga de pavo que venía acompañado con una ensalada de papa. Admito que la ensalada estaba un poco simplona pero el croissant, o más bien la pechuga, eran cosa seria. Les recomiendo el Latte de Mokka y, los chilaquiles rojos. Perfecto para desayunar.